La lógica del poder

¿Cuál la lógica detrás de un discurso ideológico?, ¿establecer parámetros macroeconómicos en los que los medios de producción estén en poder de los privados o el Estado?, ¿mejorar las condiciones de vida?, ¿imponer criterios?, ¿eliminar a quien piense distinto?, ¿mejorar?.
Cerca al aniversario patrio, con una Asamblea Constituyente conformada por frentes ideológicos, me atrevo a analizar en este artículo dos posiciones que hoy se enfrentan en un escenario llamado Bolivia. Por un lado una posición tachada de Socialista (“Socialismo del Siglo XXI” le dicen) y por otro un sistema Liberal (más difundido como Neoliberal)
Iniciemos entonces este estudio definiendo lo que es una ideología, siendo esta simplemente un conjunto de ideas tendientes a modificar o no un sistema existente, mismas que caracterizan a un determinado grupo social, institución, cultura o religión.
Bajo esta óptica será el Socialismo aquel conjunto de ideas políticas que designan teorías y acciones que promulgan un sistema en el que la administración de los sistemas de producción se encuentran bajo el control social del Estado, por su parte entenderemos al Liberalismo como al conjunto de ideas que promueve las libertades civiles limitando las del Estado.
Toda ideología nacida en la mente de los seres humanos apunta a la satisfacción de las necesidades de sus respectivos ciudadanos, tanto el Liberalismo como el Socialismo consideraran a su turno que la mejor forma de lograr el mayor bienestar para sus pueblos es de una u otra forma.
¿Cuál le es más conveniente a Bolivia?, ¿es realmente tan radical la cosa?, ¿debe llevarnos al enfrentamiento el mantener estas dos posturas?, tenga la certeza mi estimado lector que ni el negro más oscuro ni el claro más brillante serán respuesta para los problemas de la Patria, existen de por medio una serie de matices que pueden ser más útiles a los fines por los que debe de moverse todo gobierno, es decir satisfacer las necesidades de sus pueblos.
Esta visión la tienen los países más desarrollados quienes aplican políticas de libre mercado en tanto sean convenientes para el colectivo de la población y sostienen agresivas políticas sociales que garantizan que hasta el más pobre pueda al menos tener una mantequilla en su desayuno. Muchos de estos países tienen menos recursos naturales que nosotros, menor extensión superficial, igualmente alguno no tendrá acceso al mar y otros tienen menos tradición que nosotros. Entonces: ¿porqué nosotros no podemos? pues si concuerda conmigo verá que las posturas radicales han perjudicado mucho a Bolivia y aún hoy en la Asamblea Constituyente ocurre lo mismo, ni el Socialismo ni el Liberalismo por si solos podrán darnos mayor bienestar, deberemos acudir a una tercera opción compuesta por libertad y un efectivo control estatal que garantice que los que inviertan puedan ganar y que la sociedad en su conjunto pueda mejorar sus condiciones de vida.
Concluyo afirmando que todos los seres humanos, sean estos mestizos, blancos, negros, altos, bajos, rubios, castaños, instruidos o analfabetos tienen necesidades en común, mismas que demandan ser satisfechas ya sea en Cochabamba o en la China. En esta lógica es que los gobiernos del mundo aplican políticas que pretenden satisfacer las demandas de su conglomerado social. Igual cosa ocurre en Bolivia, en este caso las y los bolivianos necesitamos ciertas condiciones básicas de vida y estabilidad que nos permitan desarrollarnos, a esto debe apuntar el Gobierno nacional y así debemos de entenderlo los ciudadanos sean o no oposición al actual sistema.

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