No solo hay que ser sino también parecer

La República Islámica de Irán es uno de los países más antiguos del mundo, conocida antes como Persia fue parte de la historia de la humanidad prácticamente desde mucho antes que se pueda imaginar la existencia de Bolivia.
El Presidente Morales defendió la visita del mandatario Iraní, Mahmud Ahmadineyad,
indicando: “Decidimos abrir este acuerdo y las relaciones diplomáticas con Irán, no para dañar a nadie ni para ofender a nadie sino para complementarnos y mejorar la situación económica del país”, tiene en esto toda la razón ya que Bolivia bien puede tener relaciones diplomáticas con todos, es más hasta resulta una obligación internacional hacerlo, cosa distinta es crear lazos que puedan ser malinterpretados en el contexto mundial.
¿Porqué entonces la preocupación por esta visita?, quizás sea prudente recordarle al Presidente de la República la importancia de los derechos humanos en el mundo, de aquellos que tanto él mismo reclamaba cuando las fuerzas armadas trataban de desbloquear el Chapare en sus mejores años de dirigente sindical. En Irán la situación de los derechos humanos es francamente triste toda vez que existen prácticas generalizadas que incluyen: ejecuciones públicas, ejecuciones políticas, tortura física y psicológica y cárcel directa por temas como el consumo de droga.
Por otro lado está el programa nuclear de Irán que es objeto de polémica en el contexto internacional, es preciso mencionar que resulta contradictorio que sea Estados Unidos quien lidere las críticas al Programa toda vez que en la década de los 50 y fruto de la Guerra Fría fue éste país el que cooperó a Irán en el establecimiento del enriquecimiento de Uranio, otra cosa es que ahora considera que Irán es peligroso y podría fabricar armas nucleares toda vez que el gobierno de turno ya no le es favorable. Independientemente de esto Irán es uno de los países signatarios del Tratado de No Proliferación Nuclear (al igual que Bolivia) que busca precisamente poner límite a la producción de este tipo de material e indicó que su Programa Nuclear busca otorgarle únicamente energía y no armas mortíferas, la verdad de esto no la podremos saber pero sí está en entredicho esta afirmación.
Preocupan más las acusaciones en torno a la protección a grupos terroristas que brindaría Teherán, dicha protección sustentada en que se estaría armando y financiando a grupos de esta naturaleza realmente sería algo inaceptable, y si bien Irán rechazó estos planteamientos deberá de demostrar de forma firme y transparente que no tiene nexos con terroristas y que - tal cual todas las naciones civilizadas del orbe – no acepta ni aceptará la conformación y/o sostenimiento de grupos terroristas.
Bien afirma el Vicepresidente de la República en sentido de que en Bolivia “Somos respetuosos de las decisiones de las Naciones Unidas” por lo que sus principios también son los nuestros y bajo esta lógica respetamos los Derechos Humanos, la no proliferación de armas nucleares ni el sustento al terrorismo. Así pues no solo hay que ser, también hay que parecer

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