Evo, la Globalización y el Socialismo del Siglo XXI


Mucho se habla del camino por el cual debería caminar Bolivia, en los gobiernos anteriores al Presidente Morales la tendencia era hacia una Globalización generalizada en el mundo entero, sin embargo con el nuevo gobierno la figura cambia de forma drástica y se habla de un Socialismo del Siglo XXI.
Por un lado la corriente globalizadora considera la creación de un inmenso mercado capitalista en el cual se integren las economías del mundo, de este modo – sostienen sus partidarios – se promoverá la libertad de inversión creando a su turno más empleo y mayores oportunidades, esto beneficiaría de manera sobresaliente a los países en vías de desarrollo. Si bien es cierto que la miseria en el mundo todavía existe no es menos cierto que la Globalización también ayudó a lograr mejoras en el mundo.
Sostienen los que apoyan esta corriente que en los últimos años la eliminación de las barreras económicas entre países han producido el incremento de la democracia alcanzando a un 62,5% de naciones del mundo, también indican que desde 1981 al 2001 el número de personas que viven con un dólar o menos al día ha disminuido de mil quinientos millones de personas a mil cien millones, considerando incluso el aumento de la población mundial, esto significa en los países en vías de desarrollo una disminución del 40% al 20%, habiendo mejorado esto principalmente en aquellos países que tienen mayor flexibilidad económica y permitieron mayores políticas globalizantes.
Así pues las tazas de pobreza en países como la China han decrecido en un 50,1 % , aspecto inverso a lo ocurrido en África Subsahariana que aumentó un 2,2,%. Otro factor interesante resulta de la esperanza de vida que en las naciones en vías de desarrollo se ha doblado desde la Segunda Guerra Mundial acercándose a los índices de los países desarrollados. Otro factor claves apunta al tema del género donde las mujeres cada vez tienen más acceso a fuentes de trabajo que les provean independencia, en lo alimenticio las calorías consumidas y requeridas de forma diaria han aumentado de un dramático 56% en 1960 a un 10% en 1990. La taza de alfabetización mundial aumentó igualmente de un 52% a un 81%, así también el acceso a bienes y servicios incluido el agua potable. A pesar de toda la mala publicidad hay resultados ciertos que merecen ser considerados ¿no cree?.
Por el otro lado asoma el Socialismo del Siglo XXI, promovido en nuestra región por el Presidente Venezolano Hugo Chávez, aunque su ideólogo principal es Heinz Dieterich Stefan, corriente que propugna la necesidad de llegar a una revolución en democracia. Indica este sistema que en la coyuntura actual es imposible realizar un freno violento de la corriente neoliberal vigente y que por ello los cambios deben ser profundos pero enmarcados en su propio ritmo. Esta corriente considera pasos comunes en el área de Latinoamérica tales como la modificación de la Constitución Nacional, el restablecimiento de competencias sobre empresas privatizadas, la redistribución de la tierra y el respeto a la propiedad privada bajo condicionamientos sociales y el establecimiento ideológico en base al apoyo de agrupaciones sociales organizadas.
Si bien ambos lados proponen y discuten argumentos es permisible desde un punto de vista técnico ver algunas críticas a ambas teorías, así pues tenemos dentro la Globalización:
- La apertura de mercados de bienes y capitales permite la resolución de problemas que loas actores locales no pudieron solucionar.
- La privatización de las empresas estatales si bien puede representar un mayor grado de eficiencia debilita sustancialmente el rol del Estado.
- El aumento de la competencia permite la mejora de productos y servicios.
- Esta competencia también redunda en la inestabilidad laboral y la sobreexplotación de los trabajadores.
- La producción enfocada únicamente en lo económico afecta el medio ambiente que pierde terreno.
Por su parte el Socialismo del Siglo XXI:
- Toda imposición ideológica deriva en un caudillismo (muy propio de esta parte del mundo) y por consiguiente concentra las decisiones en una persona o su élite de confianza, situación que por lógica va en desmedro de la democracia.
- Los sistemas Socialistas han demostrado con la experiencia histórica que derivaron en regímenes poco menos que dictatoriales, por lo tanto retomar una idea de este tipo resulta anacrónico y peligroso.
- La producción enfocada en el Estado demostró también que no puede sustentar la satisfacción de necesidades de la población, provocando asimismo desmedro de la iniciativa privada y por ende un desequilibrio tendiente la inoperancia productiva.
Ahora, ¿qué nos conviene más?. Pues de forma objetiva la única respuesta posible apunta a un sistema mixto de producción con respeto a lo privado y otorgándoles las más de las garantías para operar, así también mantener un sistema regulatorio centrado en el Estado que pueda proteger a la población de cualquier abuso existente y garantizando un mercado digno y beneficioso para la población.
No seríamos los creadores de la pólvora en esto ni será una fórmula mágica que elimine la pobreza pero países vecinos nuestros como Chile o Brasil ya lo utilizan de forma exitosa (con más o menos variantes) y los resultados son por demás placenteros.
No es necesario extremarse en un Socialismo que por si mismo ya es caduco o en satanizar una Globalización que a todos ojos es inevitable, lo urgente es identificar mejoras reales y caminar juntos en esto.
Presidente mire menos a Venezuela y tema menos a la Globalización, así seguro podrá afirmar “vamos bien por que vamos juntos”.

Comentarios

  1. prefiero leer sus articulos por prensa que en este blog que no es muy conocido.

    ResponderBorrar

Publicar un comentario