La Pasión… de Bolivia


En la coyuntura actual de nuestra patria bien se puede hablar de una suerte de pasión por la que viene atravesando Bolivia, si bien recordamos en Semana Santa el injusto y sumario juicio al cual fue sometido el hijo de Dios llegando al trágico resultado de su crucifixión cual vil criminal, llegando a la renovación de la esperanza con la resurrección, no es menos cierto que el tiempo conocido como La Pasión es altamente martirizante, cruel y doloroso.
En esa misma lógica hoy nuestra nación (si es que aún podemos mencionar una) atraviesa por una separación total, marcada por el radicalismo con el cual se gobierna el país en los últimos años y obsesionada con procesos electorales que arrastra una mal nacida Asamblea Constituyente que lo único que hasta ahora ha logrado es arrebatarnos la identidad.
Parte de dicha pasión está enfocada también en la lucha constante entre autonomistas y no autonomistas, estos últimos que cada vez van perdiendo más terreno se escudan en la violencia y la irracionalidad al pretender desconocer procesos más legítimos que la aprobación de su aberrante constitución.
Por otro lado el desenfreno llega a las amenazas e incluso la violencia entre ciudadanos de un mismo país, ya sea enviando mensajes anónimos o realizando persecuciones que únicamente buscan amedrentar, estrellándose contra todo aquel que muestre divergencias con el pensamiento oficialista. Pero lo que han conseguido es mostrar más sus debilidades, porque la voz del pueblo viene reclamando y las coerciones sólo han obtenido una mayor respuesta, un mayor rechazo, un creciente descontento y finalmente esto traducido en las urnas será un contundente NO a la putrefacta carta maga propuesta por el masismo.
La suspensión de los procesos electorales por el Presidente de la Corte Nacional Electoral - nombrado por el Presidente por supuesto - han dejado en evidencia que el MAS ha perdido apoyo, que la gente ya se ha dado cuenta que sus bravuconadas e imposiciones deben frenarse ya y el único camino es demostrando de forma pública su enfado.
No es otra cosa la ágil recolección de firmas pro autonómicas que se viven en Cochabamba, corta quedará la meta de 54.000 firmas pues el número de ciudadanos que ven los índices inflacionarios reflejados a diario en sus bolsillos es mayor, así también se sumará toda esa clase media que en su momento apoyó a Evo Morales a encumbrarse como Presidente y que ahora – decepcionada – debe admitir que el cambio que buscaban no era el del Chavismo ni el de la dictadura de las agrupaciones sociales.
Atrás quedó la imagen de Evo cumpliendo el Sueño Boliviano, saliendo de un pueblo en el altiplano y posicionándose como primer mandatario de la nación, late mucho más fuerte la imposición y la sangre que ya ha corrido por su gestión, lamentablemente la capacidad no se puede obtener solamente liderando sindicatos, el ser estadista es cosa que requiere sapiencia y mucha, en suma y como dice el famoso refrán popular “lo que natura no da, Salamanca no presta”.
Por eso mí estimado lector afirmo que nuestro país está en su propia Pasión, lejos de la unión y del entendimiento, esperemos que en estas fechas de profunda reflexión en la que esperamos la resurrección de Jesucristo y velamos por la nueva esperanza podamos nosotros también como hermanos los unos de los otros, dejar de lado las particularidades de cada uno y enfoquemos nuestro caminar en los aspectos comunes que hacen realmente al ciudadano boliviano.

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