El Presidente en su laberinto


El año 1989 el colombiano Gabriel García Márquez escribía su obra “El General en su Laberinto” obra en la que relata los últimos días del Libertador Simón Bolívar, en esta ocasión dicho título bien podría emplearse a los últimos días de una nación en la que su Presidente se encuentra en un real laberinto.
Este Presidente es Evo Morales Aima, entrabado en sus propios errores y limitaciones se ve hoy en un laberinto que amenaza con destruir no solo su partido sino la existencia misma del Estado.
Enfrascado en la incoherente posición asumida por su Gobierno viene con el peso de haber promovido un cambio que contaba con el apoyo de la clase más importante de todas, la clase media, la que definió históricamente el destino de los Pueblos – para bien o para mal – desde los inicios de la civilización, pasando por la misma Revolución Francesa hasta la propia elección del primer mandatario indígena de Bolivia. Sin embargo de este importantísimo respaldo pierde este soporte con un discurso incendiario enfocado en la obtención de la dictadura indigenista que lo lleva a confrontar campo contra ciudad en Cochabamba y Sucre, situación que hace que la clase media le reste su apoyo.
Dentro su proyecto de cambio se incluye la supervivencia del líder, en este caso el Presidente Morales, hecho que debe materializarse a través de una nueva Constitución, una Carta Magna que le permita prolongarse en el poder y reafirmar principios de la “refundación de Bolivia”, sin embargo la Asamblea Constituyente se trastoca en un fracaso monumental, con pérdida de recursos, enfrentamientos y muertos que entre movimientos sociales llega a abortar una Constitución masista que incluso en su redacción es distinta a los resultados de las comisiones previamente conformadas.
Como lógica reacción la región más pujante, Santa Cruz de la Sierra, con el respaldo de la Media Luna Ampliada (Bení, Pando, Tarija, Sucre y Cochabamba) inician procesos pro autonómicos amparados en la legitimidad de un rechazo común a las políticas del Gobierno y cuyo corolario se aproxima el próximo 4 de mayo en el referéndum autonómico cruceño.
En este panorama Bolivia es el laberinto en el cual se encuentra Evo Morales ¿cuáles podrían ser sus salidas tentativas? Pues al menos se vislumbran las siguientes: En primera instancia podrá seguir la línea hasta ahora marcada por su Gobierno y apostar al enfrentamiento, respaldado en sus (dizque) movimientos sociales que tratarán de impedir la realización del referéndum, si esto sucede la lucha será frontal entre los grupos organizados del oriente nacional y los seguidores del MAS, nuevamente tendremos luchas como en Sucre o como en Cochabamba el 11 de enero. Si existen muertos la reacción cruceña será fuerte y seguramente con un cabildo mayor pasará a pedir más que autonomía una potencial independencia ante un Gobierno que nada le puede ofrecer, en este ritmo tratará de arrastrar consigo misma a la Media Luna Ampliada que en casi todos los casos bien podrían convocar a procesos ya no autonómicos sino independentistas, la alternativa a esto sería la renuncia del Presidente y la convocatoria a nuevas elecciones con un Evo Morales desgastado no solo ante la Media Luna sino ante la comunidad internacional que aún hoy lo respalda bajo el rótulo de democracia (no de Socialismo del Siglo XXI) ¿quién vendrá luego? se vislumbran cabezas de distinto origen, quizás el retorno de Carlos Mesa, una nueva intentona de Manfred Reyes Villa, que Rubén Costas pretenda – ya vencedor en su reducto – sostener un perfil nacional, o sostener una línea semi indigenista y moderada independiente de la economía estatista con Joaquino o un retorno de Víctor Hugo Cárdenas, esto ya solo puede ser especulación..
La otra salida va por las últimas declaraciones del Oficialismo, respetar el proceso autonómico cruceño y negociar sobre la mesa el IDH para tratar de calmar los ánimos prefecturales, en ésta lógica su victoria no está asegurada tampoco ya que el tema de fondo apunta a la autonomía que según indican los mismos representantes cruceños es algo ya inevitable. Si bien en este sendero la situación será pretender deslegitimar el proceso del 4 de mayo la lucha pasará a posterior cuando se pretenda aplicar el contenido del Estatuto Autonómico, si esto se da el MAS habría perdido total control institucional y operativo en Santa Cruz y el nuevo Gobierno que se forme mandará en la nueva zona autonómica que no contará con un respaldo constitucional pero sí tendrá una alta legitimidad, cómo dicen algunos: ¿los últimos días de Bolivia?.
La tercera vía y única salida real de Morales es que coloque en mesa de negociación su Constitución mal nacida en la ciudad de Oruro y se retome la cosa desde el principio, negociando con las regiones más que con los partidos y logrando de esta forma consenso en torno a un nuevo trabajo Constitucional y buscando el equilibrio perdido, bajo esta lógica – quizás – la Media Luna Ampliada podrá también flexibilizar sus argumentos y realmente refundar Bolivia. Si Evo logra esto no se salva de los cargos por todo lo que hasta la fecha ya hizo, incluido el millonario costo de su Asamblea Constituyente y su ya malgastada popularidad que no le permite ir a una elección si afrontar el serio riesgo de que ya no es, ni será, la mayor fuerza política del país.
Difícil el panorama que tiene Evo Morales, sólo en su laberinto, de capa caída se enfrenta con sus propias limitaciones y se da cuenta que equivocó el camino y el tiempo se le acaba, no quisiera estar en sus zapatos, la historia será la que lo juzgue.

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