El Plomero Joe y el sueño boliviano


En las calientes contiendas políticas del país del norte, mucho se ha venido hablando del “Plomero Joe”, una suerte de icono de las clases trabajadoras que aspiran cumplir el sueño americano.
Específicamente el “Plomero Joe” se llama Joe Wurzelbacher, un habitante de Ohio que aspira comprar una pequeña empresa de plomería. Su fama empezó hace poco más de una semana cuando le dijo al candidato demócrata Barack Obama que sus planes impositivos le impedirían comprar el negocio en el que ha trabajado durante años, por ende le truncaba el lograr el afamado “sueño americano”.
En números el negocio que Wurzelbacher aspira adquirir tiene utilidades entre $us. 250.000 y $us. 280.000 por año, por lo que en el plan de gobierno demócrata recibiría el incremento de impuestos de un 36% a un 39%.
Este hecho bastó para que Jhon McCain utilice la imagen del “Plomero Joe” como un ejemplo del perjuicio que las medidas (a su juicio) socialistas de Obama podrían tener, no sólo por su carácter económico sino más por un fondo emblemático en el cual cualquiera que trabaje arduamente puede cumplir su “Sueño Americano”.
En definición aquello que se conoce como el “Sueño Americano” no es otra cosa que la igualdad de oportunidades y la libertad que permite a las y los ciudadanos lograr sus objetivos con la aplicación exclusiva del esfuerzo y la dedicación. En suma el éxito depende de las habilidades de cada uno y de su propio trabajo.
Como el “Plomero Joe”, en Bolivia tenemos muchos, trabajadores asalariados y subvaluados que también quieren tener su sueño americano, en nuestro caso un sueño boliviano.
En Estados Unidos muchos compatriotas nuestros aspiran a cumplir un sueño parecido al de Joe Wurzelbacher, muchos que iniciaron su vida aquí y tuvieron que terminarla allá, lejos – en muchos casos – de sus seres queridos, sin ver como crecen sus hijos e hijas, sin estar con ellos en los momentos más importantes y por supuesto sin atender sus necesidades.
¿Cuál la diferencia entre el “Sueño americano” y el “Sueño boliviano”?, ¿que acaso aquí no quisiera un plomero poder tener su propia empresa de servicios?, ¿poder ser su propio jefe?, ¿qué acaso ese no es un sueño común a muchos ciudadanos?, ¿porqué no puede aspirar nuestra gente a cumplir un “Sueño boliviano”?
Entre las múltiples respuestas encontraremos que una de las causas más importantes es la inestabilidad que tiene Bolivia como país, aquellos que no nos permite levantarnos y avanzar juntos hacia un futuro común y promisorio.
Muchas cosas positivas podríamos decir de las y los bolivianos, pero la estabilidad no es una de ellas.
Bien sabemos que en Bolivia la economía ha pasado a un segundo plano por detrás de lo político, que estamos más ocupados de pelear entre nosotros que en producir, que nos sentimos bolivianos sólo cuando la Selección gana, que el racismo se ha disparado por los cielos y todo el mundo ya lo asume como si nada pasara, que los unos no pueden ver al Presidente ni en pintura y los otros lo propio con los Prefectos, que se respira un ambiente de inestabilidad para invertir y que por lógico resultado seguimos siendo un país inestable.
Entonces… ¿el Sueño boliviano no existe?, al menos podemos afirmar que es muy difícil que se realice en las condiciones actuales.
El “Plomero Joe”, como muchos otros trabajadores bolivianos no desean enfrentamiento ni muerte, realmente la política no les interesa en tanto reciban un digno salario, puedan satisfacer las necesidades de su hogar y solventar una buena educación para sus hijos. El “vivir bien” es un deseo anhelado por todos, es aquella posibilidad que debe otorgar todo país a sus habitantes de hacer real su propio sueño, para nosotros nuestro “Sueño Boliviano”.

Comentarios