Chávez, el Neopopulismo, y el poder


A un año y medio de haber realizado su primer intento totalitario, este fin de semana el Presidente venezolano Hugo Chávez someterá a referéndum una enmienda constitucional que le permita estar en el poder por diez años más.
“Yo estoy listo, si ustedes así lo mandan, para comandar el tercer periodo de la revolución bolivariana desde el 2009 hasta el 2019” afirmaba triunfante Hugo Chávez ante una multitud que soportando una lluvia constante lo escuchó.
La idea de la perpetuidad en el poder siempre ha dado vueltas en las cabezas de diversos líderes del mundo, desde Hitler hasta los recientes gobiernos democráticos tal el caso de los Bush o los Clinton se han dejado tentar por esta perpetuidad.
Para muchos entendidos en Ciencias Políticas la idea medieval de un gobernante permanente en el poder no debería ser parte del sentido democrático de los pueblos, sin embargo de esto al parecer las políticas de Chávez en su país le han dado adeptos fieles que le son harto útiles para seguir encaramado en las riendas del país petrolero. La derecha no deja de criticar estas políticas, sin embargo quizás sería útil considerarlas desde una óptica diferente y estudiar el porqué da resultados para unos en tanto que para los otros la vieja política les sigue redituando magros resultados. Piense mi estimado lector que en diez años de Chavismo Venezuela ha cambiado su tradicional sistema bipartidista, su Constitución, su nombre y hasta su bandera.
Chávez ciertamente tiene aciertos y desaciertos y sus políticas han sido muy resistidas, sobre todo en sus ataques a los medios de comunicación y la inseguridad que refleja para con la iniciativa privada, pero aún así ya ha cumplido diez años en el poder y parece enfilarse a otros diez más.
Dentro todo esto llama la atención la imperante tendencia de instaurar al liderazgo bajo un reflejo de los partidos tradicionales fundado en el caudillismo. Esta forma de liderazgo que bien la pudimos ver en ADN con Hugo Banzer, en el MNR con Victor Paz, en el MIR con Jaime Paz (por mencionar a los principales de los últimos años) y que ahora se erige nuevamente en el Neopopulismo con Evo Morales en el MAS o Hugo Chávez en su frente socialista, muestra que la cantera de líderes de América Latina es escasa.
A pocas horas del referéndum venezolano los analistas hablan de un “empate técnico” entre la gente que dice que se debería permitir a Hugo Chávez perpetuarse en el poder y aquellos que dicen que no, estamos enfrentamos a lo que bien puede denominarse el éxito del neopopulismo, ya que casi la mitad de los venezolanos se sienten tentados a permitirle al Presidente Chávez su continuidad en el gobierno.
El ser un Presidente popular es muy efectivo en estos tiempos, lejanas quedaron aquellas épocas en las que los mandatarios criticaban el populismo de líderes no formados en las ideas liberales imperantes, en nuestro país bien pudimos ver casos concretos como el “Compadre” (Carlos ) Palenque o el empresario cervecero Máx Fernández Rojas, que con sus lentes de óptica Optalvis o sus frazadas llegaban de una manera real al electorado que veía en los otros candidatos solamente a unos buenos oradores carentes de poder darles un beneficio real. En suma ser popular parece ser fundamental para estar en el poder.
Finalmente, sobre el poder, para tener poder se necesita plata y para ejercerlo se requiere fuerza, en esto Hugo Chávez tiene petróleo que (a pesar de la crisis) le sigue proveyendo de ingentes cantidades de billetes y con esto puede mover a miles que – bien pagados – pueden tranquilamente hacer de todo apoyándolo. Por esto tener el poder es altamente motivante, y Chávez bien lo sabe.
Venezuela se debatirá mañana entre el viejo caudillismo y la alternabilidad democrática, pero más lejos de todo esto aún falta en este país la alternativa necesaria para encontrar finalmente un solo horizonte y la paz que toda nación necesita.

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