Los derechos humanos, la libertad de prensa y el desarrollo


Nuevamente el nombre de Bolivia salta en el ámbito internacional a raíz de los abusos a los derechos humanos y los continuos ataques a la libertad de prensa.
En lo que refiere a los derechos humanos manifiesta este informe que ha existido "violencia política (…) en diferentes departamentos del país, con irrupción de numerosos grupos de choque que, en distintas ocasiones, apoyaron violentamente las posiciones de las prefecturas y movimientos cívicos pro-autonómicos", a esto habría que aumentar también la existencia de grupos de choque pro oficialistas que llevan sus luchas a similares campos de batalla.
Para colmo de males "se estaría poniendo en cuestión la independencia de la administración de justicia y su correcto funcionamiento” dejando un vacío que – al parecer – el Gobierno pretende copar con personas afines a su ideología.
En materia de libertad de prensa, el reciente informe de las Naciones Unidas indica que existe un "alto número de atropellos y amenazas sufridos por periodistas y medios de comunicación” haciendo clara alusión a la visión que se viene generando por parte de algunas autoridades oficialistas en torno al trabajo de la prensa.
Acota además que los atentados y destrucción de instalaciones "no habrían merecido la suficiente atención de autoridades competentes encargadas de su esclarecimiento y sanción" y expresa de manera preocupante que persisten "los señalamientos hechos desde el Gobierno contra los medios y sus trabajadores, por un lado, y la difusión de informaciones tendenciosas y la incitación a la violencia política o racial en la que incurrieron varios medios privados, por otro lado".
Ratificando esto la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) manifiesta en otro informe que el Presidente de la República “ha mantenido inalterable su estilo de atacar al periodismo independiente" habiendo sometido al “escarnio público” a los periodistas.
El desarrollo de los pueblos es medido de distintas formas, siendo una fundamental la libertad de prensa como garantía de que la ciudadanía pueda enterarse de cuanto fuese posible y se realice de esta forma un control social real (no uno manipulado por grupos sindicales o sociales afines a una ideología), en los países considerados desarrollados (no solo en lo económico) se fortalece cada vez más la libertad de los medios de comunicación, promocionando su independencia, protegiendo sus actividades y respetando a sus profesionales.
A su turno los derechos humanos son respetados únicamente en la medida en que somos libres, en el nivel en que podemos elegir y acceder a información imparcial. Seguro que la ciudadanía en su conjunto sabe que así como existe el canal siete (pro oficialista) también tenemos excesos del otro lado (notorios contra el gobierno), y a estos la credibilidad no les calza, siendo – desde ya – el descrédito una sanción social que ha existido siempre.
Es función prioritaria del Gobierno Nacional recuperar la confianza de la población a través de los medios de comunicación, no es permisible pensar que exista un Gobierno ajeno a sus medios de difusión (sean estos privados o no) y debe el Presidente de la República reencausar la relación con la prensa bajo un enfoque amigable y de respeto.
Ganaremos todos si el Primer Mandatario de la Nación expresa su mayor sentimiento de respeto por los trabajadores de la prensa en vez de promover a sus bases sindicales para que “revienten” a los periodistas.
Por estos factores – entre otros - Bolivia está aún lejos de ser un país desarrollado, la idea de la Suiza Andina no pasa por la violación de la Libertad de Prensa o a los Derechos Humanos, sea por parte de oficialistas u opositores.
Se requiere mucho de respeto para poder cambiar, mucho de amor para desterrar tanto odio y en ese afán el primero en dar el ejemplo debiera ser nuestro Presidente Juan Evo Morales Ayma.

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