Democracia

Desde la época antigua cuando los atenienses apostaron por la democracia como forma de organización hasta la época actual con la democracia consolidada como mejor referente de organización socio política, hemos desarrollado y vivido una serie de cambios, naciones enteras maduraron en este sistema y redireccionaron – en algunos casos - sus acciones y otros incluso llegaron a desaparecer. El caso boliviano no es la excepción, el día de mañana más de cinco millones de bolivianos y bolivianas asistiremos a las urnas para elegir un gobierno democrático, eligiendo entre ocho candidatos, incluido el Presidente del país, Evo Morales. A la par elegiremos la conformación de la Asamblea Plurinacional y en ciertas regiones temas autonómicos (departamentales e incluso indígenas).
El mayor o menor saber de una nación radica en la posibilidad de que los resultados que se arrojen de una justa electoral tengan el respaldo de la transparencia y la seguridad de un proceso legítimo, correcto, coherente y – ante todo – veraz. Cada uno de los y las competidoras en este proceso electoral, deberá a su turno sentir la seguridad de un correcto arbitrio y un significativo avance democrático. La ciudadanía por su parte deberá de respetar el resultado que se presente, sea o no favorable a sus preferencias políticas.
En esto último radica precisamente la madurez de la democracia, en saber respetar los resultados que nos brinde la elección, en no echar tierra al proceso y exigir las garantías suficientes para un adecuado desarrollo democrático.
Toda denuncia que tienda a empañar este proceso electoral amerita investigación, satisfacción pública y por supuesto – en su caso – corrección con las responsabilidades que de ello emanen.
Es preciso que la Corte Electoral aclare las observaciones que se presentaron los últimos días de esta contienda electoral, manifestando de manera expresa que en ello radicará también un buen proceso y un resultado garantizado.
En suma la madurez de los órganos y responsables del proceso mismo de votación, de los observadores, candidatos y finalmente de usted estimado(a) lector(a) serán la mejor carta de presentación ante el mundo en sentido de que Bolivia es un país que respeta y vive plenamente la democracia. Bajo esa lógica es deber de todo ciudadano y ciudadana votar de manera consciente por el que considere será el mejor futuro de Bolivia.

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