Extrañando USA 94


El 17 de junio de 1994 empezaba la Copa Mundial de Fútbol: Estados Unidos 94, con la participación de 24 equipos, entre ellos Bolivia, en el evento se desarrollaron 52 partidos, se anotaron 141 goles (un promedio de 2,7 goles por partido), salió campeón Brasil en una final solamente empañada por la definición a penales en la que perdió Italia. En aquella época los bolivianos en general caminábamos con la bandera nacional bajo el brazo y con la cara pintada a la espera de todo, en las eliminatorias habíamos coreado a voz en cuello la victoria sobre Brasil en el Hernando Siles, y habíamos degustado cada gol de Ramallo y cada diablura de Etcheverry, los tiros de Erwin Sanchez nos dejaban sin aliento y admirábamos las atajadas de Trucco.
La serie a la que pertenecía Bolivia era el llamado Grupo B, compartido por la última campeona, Alemania, y además por España y República de Corea, llegábamos como la Cenicienta y con la emoción atravesada en la garganta. En el debut, nada menos que en el partido inaugural, fuimos derrotados por los germanos por un tanto contra cero, con gol de Juergen Klinsmann, con la República de Corea empatamos y dividimos honores sin apertura de marcador, en tanto que con España perdimos por 3 tantos contra uno, con el único gol anotado en un mundial a cargo de Platini Sánchez. En la tabla de posiciones terminamos últimos y no clasificamos, mas no recuerdo otra época en la que haya visto tanta gente que se sentía boliviana, que gritaba y apoyaba a su país, que sentía en el alma el orgullo de ser boliviano.
Recién me daba cuenta que hoy por hoy, miles de jóvenes eran demasiado niños como para recordar eso y que los únicos que sí habían vivido ese fervor eran aquellos que todavía se acordaban lo que significa un Atari, los que todavía tienen memoria para ver como era el mundo antes de los celulares o el internet y que tuvieron su niñez sin microondas, sin conocer lo que es Cartoon Network y sabían bien lo que eran los pitufos. Las nuevas generaciones aún no han sentido esa pasión desbordante que deja el fútbol y hoy en día se emocionan con un lindo mundial en el que se recupera la magia de fútbol hermoso, del fútbol bello propio de los sudamericanos. En algún momento, espero, podrán seguramente vivir esta misma alegría y orgullo, mas recordaba también que resulta triste darse cuenta que uno se siente orgulloso de su país cuando las cosas salen bien, por eso son orgullosos otros países, por que se saben buenos en algo.
Si queremos ser buenos en algo, y queremos poder sentirnos orgullosos de muchas cosas en un futuro, será mejor empezar desde ahora, empezar por sentirnos que hacemos bien las cosas, que si bien quizás nunca podremos cambiar plenamente la idiosincrasia del boliviano, podemos intentar cambiar a nuestro entorno, partiendo por hacer nuestro trabajo bien, por crear una nueva imagen del ciudadano boliviano, desterrando la viveza criolla, el oportunismo y sembrando las semillas de la honestidad, la verdad, el trabajo y la responsabilidad. En pocas palabras ser el factor que haga la diferencia, así no tendremos que extrañar otras épocas y un mundial será poco para poder expresar el orgullo que sentiremos por ser bolivianos.

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