Los médicos tienen razón

Resulta complejo, hasta frustrante aceptar que es una realidad la que palpamos cotidianamente las y los bolivianos, un país con problemas tan básicos como aquellos que afectan a un área tan sensible como es la salud deja muchas preocupaciones y amerita diálogo antes que confrontación o radicalismos. La tozudez del Gobierno en no negociar los argumentos del sector salud y su propia incapacidad en lo que es la gestión en salud colocan la crisis nuevamente como un escenario posible y muy real en el diario vivir de miles de ciudadanos. La determinación del gobierno nacional de exigir el cumplimiento de labores por ocho horas a los médicos y personal de salud, olvidando que estos son los mismos profesionales que están excluidos de los beneficios que otorga la Ley General del Trabajo y que no reciben remuneración extra cuando deben salir ágilmente, muchas veces en madrugadas o dejando de lado sus actividades propias, para poder salvar una vida, ha dejado una estela de complejidades que la gran mayoría de la población no comprende a cabalidad. Seguro estoy que quien tenga un problema de salud hoy en día debe estar muy complicado, y es lamentable que se hubiesen debido llegar a estos extremos para siquiera pretender dialogar. No está bien que no exista atención en salud de manera regular en el país, pero está peor que el Gobierno no escuche las demandas de los sectores involucrados en el conflicto y que con su postura radical olvide que su función principal es gestionar este país. La solución a los problemas en salud de Bolivia no pasan por planteamientos que signifiquen la explotación de los médicos y personal de salud, falta dotación de ítems (o miento si se afirma que un médico es quien debe de atender a varios pacientes que esperan en la atención de salud pública y lamentablemente no se dota de más ítems para resolver estas demandas), existe una carencia de equipos y material para la atención en salud (comparémonos con nuestros países vecinos y veamos cuál la inversión y condiciones en equipamiento y otros en relación a Bolivia) y además debe soportarse la politización en cargos jerárquicos dejando de lado, en muchas ocasiones, la capacidad y profesionalidad a favor del peso partidario o político. La postura de los médicos debe ser atendida, es menester que el gobierno suspenda toda aplicación normativa en tanto los actores involucrados puedan acordar consensos, si esta postura de diálogo se hubiese asumido desde el inicio de este conflicto, no se hubiese llegado a descontroles como lo que hoy vemos.

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