Errar humano es

“Errar es humano”, es el nombre que a partir de hoy, recibe este espacio, que de manera siempre gentil, me permite Los Tiempos, ya desde hace varios años atrás y que ha dado nacimiento también a un blog personal que en su momento ha facilitado incluso procesos educativos enfocados en temáticas de actualidad, y que me permite, siempre en el marco del respeto, llegar a usted, querido lector, y compartir una o varias visiones respecto a realidades con las que nos enfrentamos diariamente. Elegir el nombre de este espacio no fue una tarea fácil, cuando el editor de opinión del periódico, me comentó la posibilidad de que se bautice la columna, se presentó también un reto. El nombre debía en esencia, llevar el espíritu de las letras que acogedoramente reposarían en dicho espacio, responder al mensaje que se pretenda dar, ser eminentemente propositivo en su final (cual trato -/no siempre con éxito/- de reflejar). Era menester que pretenda, ante todo sostener un criterio técnico más que político, que considere la razón por encima de la pasión y la imparcialidad más allá del favoritismo, que se base en la unidad y desdeñe la separación y que proponga, siempre, posibles alternativas a los problemas que se estudiaban. Bajo esos parámetros se presentaron diversas posibilidades, nombres fuertes, nombres débiles, rimas, mezclas de palabras, otros que despertarían susceptibilidades y otros que resultarían muy vanos y poco entendibles, finalmente y ante tantas ideas surgió la opción perfecta: “Errar humano es”, la famosa frase griega era ideal para lo que se pretendía hacer, conllevaba las posibilidades más adecuadas y reconocía, ante todo, que las propuestas, necesidades, actitudes y visiones que pueden tanto proponerse como considerarse son ante todo humanas, de buena intención en el análisis de los artículos y, en muchos casos, de mala gestión, en las necesidades que se estudian, pero son todas causa y efecto producto humano, por ende falibles, susceptibles de errar. Y se equivoca el político, el servidor público, el policía, el militar, el anciano, el adulto, el niño, el empresario, el inteligente, el tonto, el analista, el académico, la ama de casa, el padre, la madre, el hijo, el hermano, el profesional, el enamorado, el enojado, el alegre, el triste, el sacerdote, el comerciante, el transportista, el médico, el publicista, el abogado, el docente, el amigo, el enemigo, el sabio, usted y por supuesto yo. Por ende, en este universo bien sazonado de errores, nos queda un espacio de esperanza que nos llama a tener una visión positiva y que nos permita corregir lo errado, en este espacio cabrá así la crítica sana, pero ante todo la propuesta positiva. Por ello, estimado lector, es que este espacio se denomina, desde hoy, “Errar humano es”, espero que resulte de su agrado.

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