14 años en el poder

Victor Paz Estenssoro lideró el país, en cuatro periodos (dos inmediatos y dos en periodos separados), por un espacio de doce años y seis meses; Andrés de Santa Cruz lo hizo ininterrumpidamente por nueve años y nueve meses; con los resultados de la pasada elección el Presidente Morales gobernará – hasta el 2020 – un tiempo de catorce años seguidos en el manejo de la gestión pública del país. Si bien es cierto que se ha violado la constitución al realizarse una reelección que se ha legalizado a la fuerza (haciendo referencia a la Constitución de 2009), no es menos cierto que se está ante un hecho histórico y que representa la oportunidad para que el país tenga mejores días. En esta lógica la campaña electoral ha mostrado un país en franco desarrollo, “vamos bien” pregonaron en su momento las campañas que rodearon al MAS para sostener en alto la premisa de una reelección, así también las agencias de noticias internacionales apuntaron a mostrar una Bolivia que crecía y cuya lucha contra la pobreza o el analfabetismo la mostraba con ribetes de prosperidad; pero en estos nuevos cinco años de gestión, es preciso que el gobierno tome acción sobre ciertos elementos que le permitan consolidarse como un buen administrador. Así es que en la misma gestión pública es preciso luchar de mejor manera contra la corrupción, la que crece como hongos cuando se detenta mucho tiempo el poder, y a la cual debe combatirse con medios lógicos como la informática y no solo contentarnos con el control interno y externo, previo o posterior, de la administración pública. Así también es preciso manejar las soluciones con las agrupaciones sociales y sindicales sobre la base de decisiones técnicas, no en base a cálculos políticos que han hecho – por mencionar un ejemplo – que la producción de coca sea evidentemente excedentaria o que el contrabando sea un tema incontrolable, derivando, sobre todo el primero, en el crecimiento de la violencia en el país, tema de preocupación de varios y que pareciese perderse en las arenas del olvido. Asimismo, es preciso lograr la institucionalización de una engordada administración pública, copada de blanco, azul y negro pero carente – en muchos casos – de niveles operativos técnicos. En lo que a economía refiere no se debe descuidar la visión del entorno internacional, la necesidad, que pareciese hacerse necesaria, de inversión internacional en ciertas áreas en las que la industrialización se persigue, o revisar nuevamente las políticas cambiarias que hoy nos muestra una moneda fuerte pero que no deben olvidar los principios financieros mundiales. Es urgente promover, no solo soportar, la iniciativa privada. Es necesario que el gasto público se oriente y distribuya de mejor manera, ya no orientado a obtener votos, sino al desarrollo racional del país. Finalmente, es preciso que el MAS, o mejor dicho, el Evismo, pueda promover la pluralidad democrática, la que hace que funcione toda democracia, permitiendo y hasta alentando el pensamiento distinto, descentralizando el culto a la personalidad enfocado en el Presidente y sembrando una nueva democracia de la cual él mismo puede ser artífice.

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