El triunfo de la irracionalidad

La humanidad se organiza y se sostiene en base a un acuerdo social, un respeto intrínseco que se funda en el reconocimiento a una autoridad (el Estado) que ejecuta, a través de las leyes, el poder que se ejerce sobre la población. Esta línea lógica y racional, tiende a romperse en las agrupaciones sociales cuyos integrantes ven insatisfechas sus necesidades, cargadas de burocracias excesivas y autoridades cuyo mando cae en lo abusivo o – por el contrario - en la ausencia de autoridad. Por lo general, es esa misma sociedad (que en su momento tiende a victimizarse), la que incurre y siembra diariamente los males de los que luego se queja. La corrupción, la injusticia, la violencia, son venenos que forman una ciénaga profunda en la que las poblaciones se acostumbran a vivir. Y sucede así en Bolivia, y pasa en todas nuestras ciudades. Y ejemplos pueden referirse muchos, y solamente por dar un triste vistazo a la coyuntura reciente, este panorama se presenta en los problemas siguientes: 1. El manejo de residuos y el basurero de K`ara- K`ara: mal endémico y nunca superado, y cuyo reciente bloqueo nos ha recordado la fragilidad de un problema que preferimos olvidar y sólo recordar cada vez que las basuras se amontonan en las esquinas porque un bloqueo se ha presentado. Cabe referir que el manejo de la basura es un tema demasiado triste y en el que hemos retrocedido: de los contenedores relucientes que una vez nos llenaron de orgullo, pasamos a la realidad de la pobreza del que se ve en la necesidad de escarbar en los nauseabundos residuos dejando luego esa misma asquerosidad en inmediaciones de los otrora inmaculados contenedores verdes, ese panorama, penoso y sucio que contaminaba el aire desde ya viciado, derivó en la actual situación: la ausencia de contenedores y la lógica consecuencia que ha obligado a que las y los vecinos deban retomar la absurda carrera tras el coche basurero que pasa replicando una campana que anuncia la llegada del recolector. Para mal de males la zona de depósito ha generado otros problemas, un manejo inexistente de los residuos constituye un foco de problemas de toda índole, planes e ideas no ejecutadas, proyectos retrasados y falta de voluntad, han permitido que la basura se transforme en un problema mayúsculo del cual somos parte. 2. La crisis de la Universidad: aquellos que en su momento lucharon por la autonomía universitaria no imaginaron, seguramente, que varios años después la educación fiscal se vería envuelta en una situación tan triste y sufrida. En una batalla que durante años se vino gestando, arrastrando problemas y parches mal hechos, y que finalmente han derivado en estos días de conflicto y enfrentamiento. Con sectores confrontados y con muchas posturas equivocadas y difíciles de superar, con salidas rechazadas e intereses políticos que se nota son más importantes que el bienestar académico. Y se dará, seguramente, alguna solución, pero todo apunta a que será nuevamente otro parche. Y los estudiantes, los docentes y los administrativos seguirán en un problema que no termina de solucionarse. 3. El bloqueo del auto transporte: debiéramos ya estar acostumbrados a que nuestro derecho a la locomoción esté cortado y sea pisado, ultrajado y enterrado cuando los transportistas así lo deseen. Y es irracional ver al afectado caminar por horas, y es ilógico creer que no resulta extraña esta situación y el fango de lo mediocre crece y crece y nosotros nos hundimos más y más. Porque en Bolivia el que quiere bloquea, cuando y donde quiere. Estos tres ejemplos, que son una paja en un pajar, sin mencionar otras noticias que también podrían haberse presentado, nos muestran el triunfo de la irracionalidad en todos nosotros: en los políticos que nos corrompen, los violentos que nos obligan y usted y yo, que poco o nada hacemos. Porque al parecer, estamos más enfocados en otros temas menos relevantes: los problemas del país son para los que les gustan los problemas del país, a mí gusta el Wilstermann y no el Strongest. Gracias. http://ronniepierola.blogspot.com

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