El voto nulo como alternativa democrática

En pocos días más nuevamente la población boliviana participará de un acto electivo en el cual debe expresarse la voluntad popular. Esta idea, invento de los atenienses, cuando decidieron votar a través de piedras negras para el “no” y piedras blancas para el “sí”, nos hereda hoy un sistema no perfecto, pero al menos representativo, que será nuevamente ejecutado en diciembre de este año para las siempre originales elecciones de autoridades judiciales. El sistema de elegir autoridades judiciales nunca ha sido fácil y durante años ha cargado problemas y limitaciones, debido principalmente al abuso de poder y falta de transparencia de los políticos de turno, lo que trae consigo una serie de complejidades que incluso hoy persisten. No vamos a negar que este tipo de procesos siempre ha sido tema complejo, que en su momento, y de la mano de los políticos del siglo pasado, ha significado incluso injerencia política, pero tampoco podemos eludir enfrentarnos con la triste realidad de que el pueblo tampoco parece ser la instancia idónea para la elección de cargos que deben revestir una formación técnica muy competente y que serán, en suma, las autoridades que dirimirán los conflictos del país. Otro escenario a discutir es el de la preselección de candidatos, espacio que también tuvo observaciones que no fueron aclaradas, y que siendo manejada por elementos políticos, deja siempre ese sabor a que “algo no anda bien”. Me equivocaría si pretendiese quitar méritos a los postulantes, ese es un tema aparte y tengo plena seguridad de que entre los candidatos existen profesionales de mucha idoneidad, pero las observaciones de fondo planteadas en sentido de que es necesario repensar este sistema son totalmente válidas, el sistema judicial boliviano atraviesa una crisis compleja que no sólo se discute en los pasillos de los juzgados, sino que se respira en las calles ante el comentario de los abogados y de la gente común que en calidad de litigantes ven que una de las peores cosas que le puede pasar a alguien es caer en manos de la justicia nacional. En este escenario la opción del voto nulo es una alternativa válida y democrática, que no solamente expresa el rechazo al sistema de elección particular que se votará este diciembre, sino también contiene un rechazo a una realidad judicial que cada día se hace más y más triste. (Créditos fotografía: Imagen tomada por Daniel James del periódico Los Tiempos de Cochabamba)

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