¿EXISTE LA DEMOCRACIA?

José Ortega y Gaset, Español de nacimiento, fue un pensador de notoria influencia en diversos análisis alrededor del mundo, sus ideas y concepciones lo llevaron a continuos debates en torno a sus planteamientos.
Uno de estos planteamientos se refiere a lo que él denomina la Democracia Morbosa o Hiperdemocracia en la cual se da un análisis político que me permito poner a consideración suya.
Surge este análisis en la pregunta: ¿existe la democracia?, y la respuesta es tanto más que interesante en cuanto es preciso hacer referencia a las fuentes mismas del pensamiento político ubicadas como no podía ser de otra forma: en Grecia.
Ya el pensamiento griego hacía referencia a la necesidad de una diferencia entre los gobernantes y los gobernados, en tanto los primeros debían corresponder a las habilidades y conocimientos que los hacían diferentes y aptos para gobernar, los otros carecían de tales virtudes por lo que el gobierno no les era permitido. Evidentemente que en el pensamiento político griego era notoria una noción elitista de gobierno, en tal sentido ya fue Platón el primer representante de dicho pensamiento ya que en su visión los más aptos o sabios eran quienes debían gobernar, le sigue Heródoto quien ya diferencia tres formas de gobierno: el gobierno de uno (monarquía), el de unos cuantos (oligarquía) y el de muchos (democracia), abogando éste por la monarquía como el mejor sistema.
Retomando el pensamiento Orteguiano cabe destacar que si bien Ortega y Gaset no era tan elitista en sus ideas como los fueron Gaetano Mosca o Wilfredo Pareto, planteaba argumentos ciertamente válidos en distintos puntos que pueden resultar un aporte a la hora de analizar los recientes acontecimientos que se desarrollaron en nuestra ciudad.
Parte de este análisis se manifiesta en la visión de Ortega respecto del ser humano común, del cual considera que inmiscuido dentro lo que denomina “masa” carece de un sentido intelectual o moral alto. Estas masas manifestadas en grupos masivos de personas (denominados en nuestro país como movimientos sociales) vienen a representar a los gobernados, que responden por lo general a acciones viles y violentas enmascarados en el anonimato.
La dictadura de las masas vendría a ser representada en aquella masiva acción desenfrenada por medio de la cual se impone y coacciona a aquel que piense diferente. De estas masas surge lo que se denomina el “hombre masa” que es aquel personaje que destaca de los demás y a la postre amparado en el poder de estos grupos impone sus criterios particulares por encima de los comunes. Este tipo de presión amparado en las masas, anónimas y violentas, han llevado al poder a líderes como Hitler, Mussolini y Stalin, que en todos los casos son considerados regímenes totalitarios.
Toda sociedad tiene libertad de expresión pero ésta debe limitarse ante los derechos de los demás, no es aceptable que masas – como las denomina Ortega y Gaset – puedan limitar y conculcar los derechos de los demás.
Pasando a realizar una breve comparación con la realidad nacional, encontramos en los grupos cocaleros, en los regantes, en la COD y en varios otros denominados “movimientos sociales” al reflejo de las masas que con acciones de hecho pretende imponer sus criterios, igualmente el grupo de vecinos que armados fueron a recuperar sus bienes públicos constituyó asimismo otra masa que derivó en hechos violentos.
Todo razonamiento humano debe pasar por la razón antes que por la pasión, así pues notará Usted mi estimado lector que los países más desarrollados pueden jactarse de lo avanzado de su pensamiento y conocimiento, ya que reconocen en ello a las bases de su avance científico y por supuesto político.
En los últimos años en nuestro país ha surgido una lógica de enfrentamiento y confrontación basada en la reacción automática de grupos de personas que ante la menor diferencia optan por marchas, bloqueos y acciones de hecho que se alejan cada vez más de posiciones razonables. Víctimas de esto fueron los distintos gobiernos de turno e incluso hoy al gobierno actual también le tocó vivirlo, en tanto mejoremos nuestra capacidad de dialogar antes que presionar tendremos una mejor democracia.
Muchos pensadores consideran que la realización de una democracia plena es imposible toda vez que se requiere siempre de una élite dirigente, ésta debe responder a valores y principios que puedan ser imitados por los gobernados y no debe promover acciones violentas ni irracionales que puedan dar lugar a la ya repudiada dictadura de las masas.
Independientemente de este análisis y la visión de Ortega y Gaset u otros pensadores la calidad de la democracia de una nación lo determinan tanto sus líderes como sus habitantes, por ende y en esta lógica en cuanto mejores ciudadanos seamos, en la medida en que más analicemos las cosas (y no nos dejemos llevar cual caballos cocheros), en la forma en que nuestros gobernantes puedan dialogar y promover el desarrollo humano, podremos tener una democracia sólida y madura que permita enaltecer nuestra amada Bolivia.

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