Tierra de nadie


Amo a mi país pero no puedo negar que ya estoy fastidiado de los “500 años de opresión”, de las oligarquías del oriente, de los continuos planes de desestabilización que el Presidente ve en todo lado, de la matanza de perros, de la inseguridad ciudadana, de los taxis blancos, de los ponchos rojos, del linchamiento incluso de policías, de los grupos sociales que a costa de presión hacen lo que mejor les viene en gana, de mi gente que poco o nada hace para que éste país mejore, de la falta de trabajo, de los problemas que causa el proceso migratorio, de la pobreza y miseria de mi nación y de que al final de cuentas nada cambie.
Mientras el oficialismo pide tregua, sus grupos afines de manera radical pretenden cercar ciudades e instituciones, amenazan con quema de ánforas y enarbolan la bandera de la legalidad olvidando que hace poco tiempo se violaron todas las reglas (incluso de la de la lógica) al aprobar una Constitución hecha a medida del MAS con Asambleístas que ni bajar el brazo solos podían, estoy harto de que mi policía esté mal pagada y de que la corrupción sea cosa de todos los días, que estemos tan curtidos que ya nos parece normal que la gente pueda marchar por diestra y siniestra, que los bloqueos sean la regla y la libre circulación la excepción, en suma estoy aburrido de muchas de las cosas que hoy en día significan Bolivia que hacen a esta parte del globo en una Tierra de Nadie.
Somos una nación de la que el mundo no se acuerda, enfrascados en cocinarse en su propia salsa con la mirada puesta a los andes olvidando lo que pasa fuera de nuestras fronteras.
¿Sabía Usted que existen naciones donde las marchas y bloqueos son cosa desconocida?, donde trabajar es la regla más normal del mundo y no hay paros cívicos ni linchamientos, lugares en los que la gente respeta los semáforos y cuando hay cruce en las calles se otorga el paso al peatón de forma muy gentil, países en los que el poder lo ejerce un partido y cuando pierde se reconoce la victoria con respeto y dignidad, lugares donde la gente no festeja tanto ni se olvida del mundo en carnaval sino que por el contrario ve la mejor forma para aprovechar la situación y a esto denominan promocionar el turismo, lugares donde se respeta la carrera profesional y hasta se valora el conocimiento y no el fervor sindical, naciones que respetan la carrera diplomática y no meten a ex militares a funciones que no les competen.
Ahora la novedad resulta la convocatoria a los referendums, el primero (dícese dirimidor) sobre extensión de tierra y el segundo (constitucional) que apunta a la aprobación o no de un nuevo texto constitucional, pero no es noticia la forma en la que se lo hizo, con presión de grupos radicales, con agresiones a parlamentarios(as), con dinamita en mano, insultando y denigrando a la gente y por supuesto siguiendo el pedido del Presidente Evo Morales, a la par se aprobaba una ley en la que se prohíbe la convocatoria a referendums regionales sin la aprobación previa del Congreso Nacional apuntando a neutralizar a las regiones autonomistas.
Sesión congresal llevada a cabo con suplentes, evitando el ingreso de la oposición, sin escuchar, como caballos cocheros, así como votaron por Morales, la misma fórmula.
El Presidente del Senado, Oscar Ortiz indicaba de forma textual “no vale nada, es ilegal y no tiene por qué ser acatada por ningún boliviano… es un golpe a la democracia y no podemos someternos a los atropellos del Movimiento al Socialismo”, más conformista Samuel Doria Medina instaba a votar por el No en el referéndum constitucional, ¿pero qué haremos el resto de la población que vemos impotentes las bravuconadas del gobierno de Evo Morales?.
En tanto no exista una posición clara y acciones reales por parte de la población contraria al proyecto masista la situación se irá agravando, la violencia se impondrá contra aquellos contrarios al régimen y poco a poco el resto de la gente deberá acostumbrarse al sistema imperante y sus reglas.
Recordemos que en Venezuela el maniaco de Hugo Chávez logró crecer por la indiferencia de la gente, ¡no permitamos que en Bolivia suceda lo mismo, es momento de ponerle a un alto a estos abusos!, bien decía Albert Camus: “La tiranía totalitaria no se edifica sobre las virtudes de los totalitarios sino sobre las faltas de los demócratas”.

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