Vocación suicida


Horas previas al referéndum autonómico convocado por Santa Cruz: mi Bolivia más separada que nunca, con insistentes rumores de que puede pasar de todo a partir de mañana, con ciudadanos que no toleran a nadie con ideas distintas, con un Gobierno confrontador, con una oposición inflexible, con una iglesia de manos atadas, con organismos internacionales desacreditados y por supuesto nuevamente todos al borde del abismo.
Grupos de campesinos se reúnen y reniegan contra las oligarquías cruceñas, aquellas que reúnen miles de cruceños y que – les guste o no – han conseguido unir a la Media Luna, olvidan estos campesinos que el primero que violó la ley fue el MAS al aprobar de forma bastarda su Constitución Política del Estado.
¿Cuáles las consecuencias que se vienen ahora? Es obvio que Santa Cruz y sus dirigentes pretenden obtener una fuerte herramienta de negociación frente al Gobierno Central, éste instrumento radica en el apoyo de un aproximado 80% de la población a favor de los Estatutos planteados, si esto no se logra mostraría que tal legitimidad (entiéndase apoyo) no existe y que la autonomía deberá pasar por negociaciones más complejas y menos favorables al Comité Cívico Pro Santa Cruz y sus entidades afiliadas. Personalmente creo que el porcentaje será alcanzado porque más allá de los Estatutos (no todos han leído ese texto) esa votación será para rechazar al gobierno de Evo Morales, y en eso muchos cruceños no dudarán en emitir su repudio.
De darse el éxito las regiones que pretenden seguir el mismo camino (Beni, Pando, Tarija y eventualmente Sucre, Potosí y Cochabamba) tendrán un camino más llano en busca de su autonomía.
Si bien la visión cruceña apunta directamente a la muerte de lo que ellos denominan el “Estado Colla” representado por todos los gobiernos anteriores, centrados en lo andino y cuyo punto culminante es el ascenso de Evo Morales al poder, no se puede dejar de lado que el “Estado Camba” poco podrá hacer sin recursos económicos, esto significa que si bien la legitimidad puede existir superabundantemente, la mamadera (Ministerio de Hacienda, Banco Central) aún estará en La Paz. A todo esto ni el más pintado cruceñista querrá quedarse sin salario, y si para ello debe calzar abarcas y ponerse poncho rojo seguramente lo hará. Debe, en consecuencia, existir una negociación post referéndum que permita una mayor apertura de ambas partes.
Por su parte aquellos afectos al régimen actual se llenan la boca amenazando que tomarán fábricas y que demolerán como se pueda a quienes pretendan sostener el sistema neoliberal, manifestando que “no hay revolución sin muertos”. La violencia sólo se presenta cuando intervienen dos partes, a esto se denomina conflicto y sus consecuencias pueden llegar a ser nefastas. Para que esto suceda deberán de promoverlo aquellos afines al MAS y tratar de impedir el referéndum en Santa Cruz, dudo mucho que al Gobierno se le pase por la mente la sola idea de sumar más muertos a su ya abultado cementerio político. No deja de preocupar por supuesto que debido a la radicalización actual del tema puedan existir conflictos focalizados en Santa Cruz, Cochabamba o Sucre, en escenarios similares al 11 de enero. Si bien el Primer Mandatario es boqui flojo y a la vez que busca el apoyo de la Iglesia (a la que tanto atacó antes) transmite mensajes contra los sacerdotes y sigue fomentando violencia, la oposición tampoco se mide y el vocabulario es de alto impacto en estos momentos previos al 4 de mayo.
A nivel regional (América del Sur) el conflicto por el que atravesamos es noticia, ya la Cancillería Argentina solicitó informes (acaso un tanto alarmistas) de posibles refugiados estimados en un número máximo de un millón de nacionales que escaparían a tierras gauchas. Brasil por su parte se preocupa ya que más del 50% del gas que importa proviene de Bolivia y son precisamente las regiones ricas en éste las que solicitan autonomía (la Media Luna). Por su parte Hugo Chávez vería seriamente amenazados sus intereses hegemónicos al haberse parado en seco a su seguidor Evo Morales, la reunión del ALBA se provocó precisamente fundada en esta preocupación.
Tal pareciera que a los bolivianos nos gusta estar al borde del abismo para recién empezar a negociar, tenemos una suerte de “vocación suicida” que se ha visto incrementada con el gobierno neopopulista de Evo Morales.

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