Respeto a la democracia


Hasta resultaba previsible el triunfo del sí en el referéndum constitucional del pasado domingo, independientemente del temido tema del fraude o los conflictos que pueden avizorarse, corresponde ahora asumir una postura madura y hasta pragmática. En pocas palabras debemos asumir los resultados y como ciudadanos y ciudadanas responsables necesitamos apagar los incendios en lugar de aumentarlos.
La Nueva Constitución Política del Estado es la norma madre de la nación boliviana, dicho texto tiene cosas buenas y cosas malas, algunas que dejan dudas y otras que preocupan, sin embargo las cosas son como son y no como uno quisiera.
En el nuevo texto constitucional se encuentran insertos el reconocimiento de la propiedad privada (en similar texto que en la anterior), la mención de la educación privada, una serie de derechos y menciones respecto al género, medio ambiente e inclusión social. En líneas generales se ve como una constitución más integradora si es que dejamos de lado la forma en la que se la aprobó o las irregularidades que vivió el país para poder tener ese texto constitucional, aspecto que llegó incluso a costar sangre inocente.
Resulta inevitable – sin embargo - pensar que con todo ese pasado aterrador uno no se pueda preguntar respecto a: ¿cómo es que se llegó a votar por un texto constitucional con tantas irregularidades en su creación?, o quizás ¿en qué momento perdió la fuerza la oposición, si parecía que ganaba cada vez más terreno? (esto le podemos preguntar al ex presidente Jorge Quiroga y a su referéndum revocatorio), o incluso ¿cuál la postura de la Corte Nacional Electoral respecto a la votación en las provincias? (incluido el crecimiento poblacional desmedido de algunos sectores afines al MAS, la carnetización que sirvió de base al padrón electoral o incluso los observadores internacionales que más que velar por la democracia se dedican a pasear y comprar souvenirs), ¿porqué no se nombró un Tribunal Constitucional si bien pudo haberse manifestado sobre la inconstitucionalidad de todo? (esto también lo podría responder Tuto Quiroga).
Aún a pesar de todo esto es que debemos de asumir una postura democrática, y en democracia no nos queda más que respetar lo institucional y apoyar de manera propositiva el camino que la población eligió.
La Constitución de Sucre, reformada en Oruro y maquillada en La Paz ganó el referéndum pasado y no hay más que decir, esa es nuestra nueva constitución y debemos de – en la lógica de ser buenos ciudadanos – apoyarla y respetarla.
Si la oposición desea cambiar la figura política del país deberá hacerlo en elecciones y ganando en el mismo escenario donde Evo Morales les ganó, sin embargo esta misma oposición en su afán de querer asumir la postura privilegiada del mando ya dio muestras de fraccionamiento, por un lado se anuncia ya la postulación del Alcalde Potosino René Joaquino, por otro retoma posturas Víctor Hugo Cárdenas, el ex presidente Carlos Mesa Gisbert también trabaja ya en su proyecto político con miras a las elecciones de diciembre, a su turno seguro se tendrá también la presencia del líder de Unidad Nacional Samuel Doria Medina, y entre los que anuncian con menor brío su intento de postular figura incluso Tuto Quiroga.
La propuesta de Samuel Doria Medina referida a realizar una serie de primarias electivas entre los candidatos de la oposición a fin de definir quién sería la o el candidato a pugnar la silla con el actual Presidente, resulta ser – quizás – la postura más inteligente, toda vez que lo contrario será que cada uno jale para su lado y los resultados arrojen una oposición mínima o inexistente. En todo caso la situación se la deberá definir en el campo mismo de la democracia, a pulso y por cada voto ciudadano.
Aún a pesar de toda esta prematura carrera presidencial queda en nuestra realidad la Nueva Constitución y las palabras bien dichas del ex presidente Carlos Mesa: “El voto mayoritario ha aprobado el texto de la Nueva Constitución. Por ello, es nuestro deber someternos a ese resultado y actuar en el presente y en el futuro bajo las normas de la Nueva Carta Magna”.

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