Un mundo nuevo


En 1492 se creía que se había descubierto un nuevo mundo haciendo referencia al descubrimiento de las Américas, hoy en día esta zona del mundo es considerado el segundo continente más grande del mundo, concentra el 12% de la población mundial y está divida en América del Norte, Centro América y América del Sur, a ésta última en particular me quiero referir ya que representa la presencia de 12 países independientes (Argentina, Brasil, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela) además de las dependencias de la Guyana Francesa, Islas Malvinas e Islas Georgias del Sur y Sandwich del Sur. En suma todas estas naciones no son representativas del desarrollo mundial, el cual – en contrapartida – está bien representado por los países de América del Norte (Canadá, Estados Unidos y México más las dependencias de Groenlandia, Bermudas y San Pedro y Miquelón) donde se concentra un desarrollo humano alto.
América del Sur ha manifestado una postura común en la última Asamblea de las Naciones Unidas, bajo el liderato del presidente Brasilero, Lula da Silva, y con el sólido respaldo de las mandatarias de Chile, Argentina y el de Uruguay, exigieron que los países en vías de desarrollo aumenten su presencia en los organismos multinacionales.
Este pedido está fundado en la necesidad de evitar crisis financieras como la que se inició hace poco más de un año y que marcó en definitiva falencias neoliberales provocadas – entre otras cosas – por el dominio de unos pocos sobre los organismos financieros reconocidos por la ONU, tal el caso del FMI y el Banco Mundial.
La Presidenta Argentina reclamó vehementemente sobre la estructura anacrónica de las Naciones Unidas, misma que no sufrió modernización relevante alguna desde fines de la Segunda Guerra Mundial y que a decir del mandatario brasilero permitiría (con un factor multipolar) una revitalización del Organismo.
Por su parte el Presidente Morales, en representación nacional, también remarcó el capitalismo como el culpable de un sin fin de factores, si bien su postura estuvo un tanto alejada de la presentada por Brasil, Argentina, Chile y Uruguay, tampoco fue contraria a la misma por lo que rimó en diversos temas también.
En esta misma línea el Presidente Obama (EEUU) instó a iniciar una “nueva era de compromiso mundial” mensaje que da un giro radical en relación a la visión del ex presidente Bush para quien la ONU era un organismo de poco importancia.
El cambio en materia internacional tiene harto de complicado y eso deriva en una serie de acuerdos y voluntad política, económica y social que deben de mostrar los líderes mundiales, bajo esta premisa el reto está lanzado y avanzar más allá de los discursos será el paso siguiente.
“Un mundo nuevo es un imperativo político y moral” afirmaba Lula, y al parecer tiene toda la razón.

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