Copenhague


Del siete al 18 de diciembre en la ciudad de Copenhague (Dinamarca) se llevará adelante una cumbre de líderes mundiales con miras a reemplazar con un nuevo tratado el protocolo de Kioto del año 1997 (cuyo alcance vence en 2012). Se estima contar con la presencia de más de 60 presidentes y primeros ministros de estado, aspecto que valúa este encuentro mundial, son 192 delegaciones de igual número de países que asistirán al encuentro, sin embargo aún no confirmaron su presencia los líderes de Estados Unidos, China e India, considerados algunos de los países que mayor contaminación expelen al mundo.
Cada día el tema del medio ambiente y su cuidado gana fuerza moral en la mente de las y los ciudadanos del globo, pero a la vez que esto sucede también es cada vez más complejo lograr acuerdos reales que sean efectivos en esta materia. Como ejemplo podemos mencionar que las rondas preliminares de negociación (Barcelona) no llegaron a acuerdos certeros, anunciándose incluso que se requeriría de un año aproximado de negociaciones para tener realmente resultados. En pocas palabras a todos preocupa el medio ambiente pero nadie está dispuesto a sacrificar nada a cambio.
En nuestro país ocurre cosa similar, el glaciar Chacaltaya (5.300 mts de altura en Los Andes con una edad de 18.000 años de antigüedad) ha acelerado su desaparición del anunciado 2015 inicialmente advertido a un 2009 en el que prácticamente solo quedan unos pocos hielos en el lugar. El mismo Banco Mundial advierte que en los próximos 20 años gran parte de los Andes Tropicales desaparecerán, amenazando el suministro de agua de 80 millones de personas que dependen de esto, incluso del suministro de energía eléctrica que es producido para Bolivia, Ecuador y Perú a través de sistemas hidroeléctricos que son dependientes de las fluentes que nacen de estos glaciares.
Similar situación se vive en distintas partes del mundo e incluso en las ciudades del país, en el caso concreto de Cochabamba nuestro medio ambiente es contaminado a diario por empresas privadas que desechan sus residuos en el Río Rocha (llegar al aeropuerto con el sentido olfativo intacto es una odisea), amén de lo que hacen los propios vecinos de diversas zonas tirando la basura en este mismo emblemático río, ni qué decir de los incendios que nos arrebatan el Parque Tunari cada vez (quizás buen momento para sugerir la compra de un helicóptero bombero) y como estos muchos ejemplos que van desde los padres que tiran su basura en las calles hasta aquellos que por necesidad sacan la basura de los contenedores y la dejan igual tirada a los lados de los mismos.
En todos los casos son problemas medioambientales, y tanto usted como yo somos responsables de poner nuestra cuota parte para que, al menos, se sostenga cada vez más en alto que los temas medioambientales son importantes. Nos resta esperar que las y los líderes que se reúnan en Copenhague asuman sus niveles de responsabilidad no solamente de manera moral y para las cámaras sino que den cifras, financiamiento y acceso a tecnología que representen mejoras cuali y cuantitativas en un tema tan relevante.

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