¡Oh Cochabamba querida!

Vivir en Cochabamba es, quizás, el sueño de muchos y la realidad de miles de afortunados que día a día olvidamos las pequeñas maravillas que nos ofrece esta tierra y que, en varias ocasiones, se eclipsan ante los errores y taras que, por lo reiterativo, preferimos ver antes que valorar realmente la calidad que nos ofrece este fértil valle. Para que esta nota no caiga en las meras apreciaciones personales, he tomado los datos de un índice que, en su momento, ha valorado a varios países desarrollados y a los emergentes más importantes, para medirlos sobre la base de indicadores que reflejen bienestar y que no sólo se centren en referentes económicos. La OECD (The Organisation for Economic Co-operation and Development) es una entidad que promueve la implementación de políticas de bienestar y ha tomado datos interesantes que bien podrían ser empleados a la hora de valorar a nuestra Llajta querida y definirla como una tierra de mucho bienestar, veamos los casos concretos: 1. El balance entre vida y trabajo.- El cochalo es un sujeto trabajador, eso lo podemos ver y sentir a diario, porque en las espaldas de roca que tenemos se apoya una pujante industria local que genera empleo y progreso para todos los estantes y habitantes de esta bella tierra. No es en vano que somos cuna de las más importantes empresas del país y que nuestros emprendedores son cotizados por propios y extraños, pero no sólo eso, porque también somos muy buenos para el ocio, y podemos poner en balance perfecto el tiempo que le dedicamos a la labor y el que pasamos con los amigos, los momentos de familia y los espacios para descansar. En resumen, sabemos trabajar bien pero no descuidamos el necesario buen descanso. 2. Salud.- Uno de los elementos, no exento de problemas y carencias, es el área de la salud, donde arrastramos los mismos inconvenientes que tiene gran parte del país. Sin embargo, tenemos prestigiosos centros médicos que prestan servicios de calidad y que invitan a aquellos que precisan de sus conocimientos (incluidas las más altas autoridades) a visitar Cochabamba en una suerte de turismo de salud. 3. Comunidad.- El elemento comunitario no deja de ser un tanto subjetivo, sin embargo el cochabambino es confiable y tiene un alto sentido de pertenencia, pareciera no identificarse como colla ni como camba, porque en realidad es valluno y eso lo hace buena gente y querendón de los buenos sabores (los que por cierto aprecia mucho) y de la buena vida (la que posee, merced a un envidiable clima). 4. Empleo.- Evidentemente se necesitan más fuentes de empleo, más empresas que persigan sus metas cumpliendo los sueños de sus trabajadores, sin embargo, Cochabamba es una de las grandes capitales de Bolivia, y por sus calles y avenidas circulan los profesionales de distintas latitudes y los oficios más útiles, todos satisfaciendo necesidades de una amplia población. 5. Ingresos.- El valle tiene un nivel de ingresos bien sustentado en su propio aparato productivo y, si bien los salarios locales no son los más altos del país, son suficientes para un nivel de vida que resulta bastante cómodo para el habitante de esta hermosa tierra. 6. Educación.- Muy buenas entidades educativas radican en Cochabamba, colegios y universidades sólidas forman generaciones de ciudadanos productivos que alimentan así una Cochabamba pujante y rica. Entonces, vivimos en una tierra de bienestar, un maravilloso valle que no sólo posee el mejor clima del país o la mejor cocina de la región, sino que nos da el cobijo y buena vida que toda persona anhela. Ello es algo que debemos agradecer.

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