A la sombra del ahorcado


Mientras el abuelo Julián inhalaba y exhalaba como un viejo acordeón, el mundo parecía ir al revés, no era que todo estaba en un caos completo, como pasó a fines del 2019 o en el tiempo de la peste, más bien era que todo estaba demasiado tranquilo.

El abuelo Julián era el mueble más viejo de la casa, había visto cómo ponían la primera piedra de aquel hogar y supo afrontar todas y cada una de las reformas que luego supieron mal emprender sus descendientes.

Nadie, salvo él y la mayoría de los de su edad, percibía en el aire el fétido estiércol en el cual diariamente chapaleaba la humanidad. Por supuesto no era mierda en el sentido estricto de la palabra, se trataba de un conjunto de hábitos que eran ridículamente aceptados por el mundo.

Recientemente había despertado en él un miedo inusual, un temor inexplicable que le aparecía en noches de pesadilla en cuanto sueño podía recordar: se veía él mismo, sin ojos y en un pueblo olvidado en el medio de un gran salar, caminando hasta quedar bajo una sombra que mostraba el cuerpo inerte de un hombre que colgado en un largo brazo metálico se exponía en el centro del pueblo.

Por eso fue que casi se cae de su silla cuando vio en el televisor que el régimen iraní castigaba así a quienes osaban desafiarle.

ー ¡Qué barbaridad! ーafirmó Antonieta Manzanilla, su hija. 

ー Y pensar que un día fueron la luz del conocimiento ーcomentó el abuelo Julián.

ー ¿Cuándo? ーpreguntó sorprendida su hija.

El abuelo Julián, que en su mejor momento fue un reconocido profesor, se explayó, y sin dudarlo dijo: “En el siglo VIII el mundo árabe era el centro del mundo académico, en sus bibliotecas y universidades circulaba el conocimiento del mundo. Más de dos tercios de las estrellas fueron descubiertas por astrónomos árabes, ellos crearon el sistema numérico que empleamos, ellos denominaron al algoritmo, el álgebra, la alquimia, la química y el alcohol”.

Antonieta Manzanilla se sorprendió de la elocuencia de su vetusto padre.

ー ¿Pero qué pasó entonces? ーcuestionóー ¿cómo es que ahora son radicales?

ー A finales del siglo X un musulmán muy influyente, Hamid al-Ghazali, socavó la ciencia e impuso la religión como norma y razón.

ー ¿Entonces la religión arruinó a este pobre país? ーafirmó la hija.

ー Sí ーdijo élー cuando la revelación sustituyó a la investigación todo se arruinó y ahora viven a la sombra de los ahorcados.

ー Menos mal que aquí no nos dejamos engañar con cuentos de hadas ーafirmó Antonieta Manzanilla, y casi de inmediato acotóー, bueno, ahora me voy, que debo armar el pesebre.



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(Imagen tomada de: https://www.amnesty.org.au/)

Comentarios

  1. Muy buen relato, aunque tenemos que reconocer que la iglesia católica contribuyó mucho en la ciencia. Pornejemplo: El sacerdote belga Georges Lemaître (teoría del bigbang). San Giuseppe Moscati (canonizado por el papa Juan Pablo II en 1987) con la insulina. El.sacerdote Mercalli con losntwrremotos y sus medidas, etc..
    Bien relato, felicidades

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  2. Por supuesto, al Cesar lo que es del Cesar. Gracias por leer el relato. Un gran saludo.

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