¿Qué es la democracia?



En sentido restringido democracia significa un sistema político por medio del cual se permite el funcionamiento del Estado, en éste las decisiones colectivas son adoptadas por el pueblo mediante formas de participación directa o indirecta que le confieren legitimidad al representante. En sentido lato, democracia es aquella forma de convivencia social en la que las y los habitantes son libres e iguales ante la ley y las relaciones sociales se establecen de acuerdo a mecanismos contractuales.
En suma democracia significa: Derecho a decir no, a pensar diferente, a reclamar (de forma pacífica y sin lesionar los derechos de los demás), a profesar libremente la religión que desee, a poder elegir el tipo de educación que prefiera, a respetar la propiedad e inversión privada hecha por los demás, a poder enriquecerme legalmente y a exigir seguridad jurídica para mis inversiones, a defender a toda costa la libertad de prensa, a mantener la independencia de los poderes del Estado y a defender los derechos y garantías civiles.
Son ya 25 años en Bolivia en que vivimos más o menos dentro estos márgenes, el sistema democrático si bien puede tener falencias representa para muchos el único camino posible en busca de la libertad y en contra de sistemas totalitarios y/o dictatoriales. Albert Einstein sostenía que en democracia “cada uno debe ser respetado como persona y nadie divinizado”, situación que evidencia la igualdad de todos ante la ley y dentro el respecto a la democracia.
Bolivia marcha en el mundo como una nación democrática y muestra de ello y su madurez en el sentido democrático es la propia elección de Evo Morales como Presidente de las y los bolivianos, así también se debe de respetar su gestión política y tiempo de mandato, planteándose nuevas opciones en la misma cancha de la democracia.
Sin embargo de estas claras muestras de la vigencia democrática en el país quedan aún temas que alarman y preocupan en torno a nuestro sistema democrático. Así pues la inclusión cada vez más notoria de las medidas de presión en las decisiones políticas e institucionales hechas a través de los famosos movimientos sociales daña la democracia, fruto de esto los bloqueos y marchas son contrarios también a los principios democráticos, la ingerencia de representantes (legítimos o no) de agrupaciones sociales en las distintas estructuras sociales (tal cual en su época los partidos políticos pretendieron), las relaciones peligrosas con Venezuela, en sí con Hugo Chávez, quien no es un demócrata, todos estos son factores que lesionan a nuestra democracia.
El Gobierno y el pueblo en general debe de tomar en cuento lo que Nelson Mandela afirmaba acertadamente: “Si no hay comida cuando se tiene hambre, si no hay medicamentos cuando se está enfermo, si hay ignorancia y no se respetan los derechos elementales de las personas, la democracia es una cáscara vacía, aunque los ciudadanos voten y tengan Parlamento”. (Ushuaia, 1998)[

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