¿Guerra?


El llamado a estar preparados para un enfrentamiento con tintes bélicos emitido por el vicepresidente de la República, Álvaro García Linera, respalda lo dicho días antes por el mandatario venezolano, Hugo Chávez, en sentido de un potencial enfrentamiento con Colombia a raíz del acuerdo entre Estados Unidos y ese país respecto a siete bases militares con intervención norteamericana que se contemplan. Esta verba grosera, altanera y a la vez ridícula es una muestra más del carácter belicista del creciente neopopulismo latinoamericano y que de manera sintomática se viene consolidando en Bolivia. Los países de la región mal pueden ser considerados belicosos independientemente de los conflictos existentes, pero aún en función de las normas de carácter internacional que hacen de la guerra algo inaceptable.
Las declaraciones efectuadas por un líder, sea cual sea su color, ideología, nacionalidad, tendencia religiosa o económica no justifican el llamado a una guerra, esto bien debiera saberlo el Vicepresidente, pero al parecer vive aún en otra época, una época de Guerra Fría enfocada únicamente en el armamentismo y que dejó de lado – entre otras cosas - el desarrollo humano.
A su turno la retórica de guerra propuesta por el Presidente Chávez condice mucho con su forma de gobernar, caracterizada por sus continuos ataques a la prensa, su represión directa al que piense en contra de su razón de estado y por sus dádivas y alianzas con países como el nuestro y en contra del “imperio” del norte.
Sin embargo Chávez retrocede en sus declaraciones ahora que el Senado brasilero postergara su votación sobre el ingreso de Venezuela al MERCOSUR, y a la vez se desdice alegando que no toca los tambores de guerra y que el sentido de sus declaraciones debió entenderse bajo la lógica de un llamado a la defensa. Seguramente que sus partidarios, cual ovejas ciegas y mal arriadas, le creerán, sin embargo aquellos que por lo menos tengan dos dedos de frente bien pueden afirmar que esta es otra bravuconada de un presidente neopopulista y agresivo para con sus vecinos. Esta lógica de confrontación no debe, en ningún caso, ser adoptada por Bolivia, por lo que los comentarios del Vicepresidente deben de ser censurados en todos los escenarios posibles para terminar, de una vez por todas, con los discursos enfocados en el odio y la violencia como factor político.
En suma y tal cual sucedió en pasadas ocasiones, la frase que mejor se adapta a los comentarios del Presidente Chávez y el Vicepresidente García, sigue siendo: ¿Porqué no te callas?

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