Inseguridad en Bolivia

Cada día, cuando se escucha la radio, se leen las noticias o se observa la televisión, podemos apreciar decenas de noticias relacionadas a la falta de seguridad en la que vivimos cotidianamente, asesinatos, violaciones, robos, hurtos, vínculos ilegales y una larga y matizada lista que pareciera no terminar, se presenta y se extiende ante nuestros ojos y nos hace temer que nuestros seres queridos, incluso nosotros, podemos llegar a ser la siguiente víctima. Ya no es un secreto que mafias organizadas se mueven en el territorio nacional, qué otra cosa explican los asesinatos, los ajustes de cuentas, que se ven principalmente en Santa Cruz, y quizás no habría la necesidad de referir que el narcotráfico se patentiza de manera violenta en muchos niveles. Las historias de violaciones, los clanes familiares que se organizan para cometer hechos delictivos, se escuchan en boca de todos en las distintas capitales del país, muchas de estas vertientes de mafia nacional, nunca sufren acusación alguna, las victimas quedan en el olvido, sus familiares optan por no acudir a un sistema judicial que no ofrece garantías para cuidar de las víctimas y más al contrario, les significa tiempo y dinero y, lo que es peor, revivir los sucesos que sufrieron. Por otro lado, la policía, queda limitada en diversos aspectos, empezando por los financieros, sueldos malos - por no decir pésimos - parecen invitar a que se busquen otras opciones para sobrevivir, las condiciones logísticas son también una vergüenza, desde las obsoletas armas que manejan hasta los vehículos adaptados de que disponen, son motivo para fallas operativas que pueden costar caro. A más de esto, debe la institución verde olivo, soportar que le “carguen los muertos” ante presiones y fallas oficialistas, ratificando que la política (por supuesto mal entendida) quebrante las estructuras y principios de la Policía Nacional. Y es que en Bolivia es muy difícil controlar temas tan fundamentales como la seguridad ciudadana, y ya sea por el lado de la población civil o por el lado de las autoridades responsables, estamos ante un problema que requiere más que una cumbre discursiva, necesita de acciones concretas que vayan en beneficio de la seguridad de todos. Para esto, se deberá de acudir a los bolsillos de las y los ciudadanos bolivianos, quienes deberemos de asumir de un modo u otro, el cargo de cubrir más cantidades de uniformados que puedan garantizar las labores de prevención contra el delito. Lo certero de este tema, puede resumirse en que necesitamos seguridad, pero la necesitamos ya.

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