Cantidad vs calidad

Conocemos ahora que Bolivia tiene más de diez millones de habitantes, que la población nacional se centra – notoriamente – en el eje Cochabamba, La Paz y Santa Cruz, que la tendencia de incremento se centra principalmente en regiones como Cochabamba y Santa Cruz, disminuyendo en otras regiones, principalmente en las regiones altiplánicas. Por su lado las entidades regionales (como el Comité Cívico Pro Santa Cruz) y las autoridades (tal el caso del Gobernador de La Paz), han mostrado preocupación y extrañeza por los datos numéricos arrojados por el censo, por un lado reclamando más habitantes y por otro alarmados por un crecimiento pobre, en Cochabamba ya han surgido también comentarios en sentido de la extrañeza que este departamento no hubiese – mínimamente – superado los dos millones de habitantes (a pesar del notorio crecimiento demográfico). Más allá de esta información y sin dejar de lado la importancia política, social y económica que estos números significan para el futuro de nuestras distintas regiones, es preciso identificar un aspecto fundamental que debe considerarse: la calidad de vida de las y los habitantes de cada lugar, situación que bien puede reflejarse en la pobreza de unos y la bonanza de otros, no será lo mismo referirse a la tendencia de despunte económico de Cochabamba o Santa Cruz que a las carencias de pueblos alejados de rutas principales y cuya población es expulsada por la falta de atención y recursos. Estos problemas traen consigo necesidades insatisfechas que van desde la poca inversión empresarial, la carencia de hospitales de tercer nivel, puntos de transporte, atención básica de distinta índole, promoción del turismo y conflictos políticos tan poco agradables que ponen en evidencia la miseria en diversos ámbitos. Incluso en aquellas regiones consideradas pujantes, existen problemas tan básicos como la falta de información en manejo de basura (caso de Cochabamba) o la inseguridad ciudadana (Santa Cruz). De pronto y ante los resultados recientes, sería prudente también considerar no solo el tener o pretender más población, sino atender a la misma de la mejor forma posible. En materia de desarrollo humanos nos falta aún mucho, desde Pando hasta Tarija es un tema que debe de ser trabajado y, en esto, vamos atrasados. Resta más allá, poder satisfacer las necesidades básicas de un pueblo carente de – incluso – educación, para ello y todo lo que signifique progreso, la información del censo es fundamental, esperemos que se traduzcan en cambios reales, obras útiles y una Bolivia mejor, que es lo que en suma anhelamos todos. (Publicado en Los Tiempos el sábado 26 de enero de 2012)

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