¿Cómo enseño Derecho ahora?

Tengo la dicha de ser docente de la Universidad Mayor de San Simón por más de 10 años, en este tiempo he podido enseñar varias asignaturas, siendo una de las más importantes la materia de ética. A lo largo de los años he tenido varias generaciones de estudiantes a quienes, con orgullo, he podido enseñar la digna profesión de la abogacía, contemplando en ello todos los elementos éticos y morales que hacen a esta noble actividad. Sin embargo, dentro del amplio margen de autocrítica que nos puede envolver hoy en día, cabe cuestionarse las bases mismas de nuestra organización judicial, la que, obviamente, está integrada por abogados. Hago esta reflexión debido a que recientemente la sociedad boliviana, nuevamente, ha sido golpeada con la evidencia palpable de que nuestra justicia es algo deprimente, y que no es posible que en los foros del derecho se manipulen las cosas para encarcelar a un inocente a costa de satisfacer el morbo político o social. La ciencia del derecho es técnica, no es un afán caprichoso ni sujeto a los intereses políticos del poder; se ejerce la profesión, sea en la judicatura o en otros escenarios, con la premisa de defender, ante todo, lo justo, incluso cuando ésta postura puede colocarnos contra la mismísima ley. Cuando Montesquieu habló de la división de poderes para evitar la concentración del dominio en manos del rey, buscaba evitar, bajo un planteamiento complejo que incluía la existencia de un órgano legislativo, un ejecutivo y un judicial, que el ciudadano común y corriente quede en indefensión en relación a aquellos que normalmente detentan el poder. Pudiendo, si así lo precisaba, acudir a un ente imparcial y técnico, que en aplicación estricta de la ley, pueda poner orden en el desorden y justicia en la injusticia. Su teoría, ampliamente difundida y base de toda democracia existente hoy en día, debiera tener prioritaria importancia en la visión y concepción de los órganos del poder público en Bolivia, sobre todo en lo que significa la designación de autoridades probas para la administración de justicia, garantizando de este modo imparcialidad para los ciudadanos. En tanto esto no suceda, yo, y todos los docentes de Derecho de las universidades de Bolivia, seguiremos preguntándonos: ¿cómo enseño Derecho ahora?

Comentarios

  1. Totalmente de acuerdo, pero me animo a modificar la pregunta, porque en ella está implícita la idea de seguir enseñando derecho, creo que la interrogante, por el sentir de la gente (masa) va relacionada a la idea de ¿Por qué enseñar derecho? Esto debido a la desconfianza generalizada que se cierne sobre la población, al evidenciar la vileza, torpeza y bajeza en la que opera nuestro sistema judicial y quiénes lo instrumentalizan de forma inapropiada.

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