Evo 2.0

El Internet, y más específicamente las redes sociales, son el nuevo campo de enfrentamiento político en Bolivia. La renovada importancia de los activistas informáticos y de los mensajes que se hacen virales en torno a distintas temáticas nacionales, han quedado por demás demostradas en reiteradas ocasiones. Es evidente que las redes sociales están plagadas de faltas ortográficas y de noticias falsas, sin embargo no es menos cierto que contienen también mucho de un análisis político que antes únicamente podían difundir quienes podían acceder a los medios de comunicación tradicionales. Esa libertad se ha traducido en que las redes sociales son ahora la plataforma para discutir ideas y defender posturas. Esta nueva batalla, que ya tuvo peso en las elecciones norteamericanas (Cambridge Analytica tomó datos de casi 250 millones de votantes para enviarles mensajes “personalizados”), también es objeto de preocupación por parte de las autoridades locales. No otra cosa explica que el mismo presidente Morales, en abril de este año, haya convocado a la juventud del MAS para “iniciar la batalla por las redes sociales” y que más recientemente hubiese manifestado su temor expreso de que la “guerra digital” sea uno de los factores por los cuales pueda perder el poder. Con el objetivo de evitar que el factor digital sea influyente y bajo el argumento de atender las demandas del mundo virtual, en el otoño del 2016 el gobierno creó la Dirección de Redes Sociales con un presupuesto aproximado de 5 millones de bolivianos, a partir de cuya creación se erigieron los rumores de perfiles falsos que espiaban a moros y cristianos, y se multiplicaron los comentarios de personajes anónimos que empezaron una notoria campaña a favor de la candidatura oficialista. Pero no es el presidente el único interesado en este mundo, porque la activa participación de varios políticos en las redes sociales pone de manifiesto la relevancia cada vez mayor del Internet. Un reciente estudio realizado por Brújula Digital muestra que en el mundo virtual el oficialismo va perdiendo terreno, lo que ratifica que el MAS ha perdido a la clase media, que en suma es la más conectada y la que más muestra un sentido crítico respecto a las acciones del gobierno. Todavía queda mucho por ver en este mundo digital, y seguro que será éste, más que otros, el campo definitivo en el cual se definirán los votos de muchos.

Comentarios