¿Tenemos un protocolo anticontaminación?

Resulta penoso identificar que nuestro país está inundado de problemas crónicos, de discusiones del pasado que no terminamos de superar y de mezquindades insuperables que ocupan la mente de moros y de cristianos. Decía Úrsula Iguarán, en Cien años de soledad, que el tiempo da vueltas en círculo, y parecería que es cierto, pues no bien parece superado un problema, nos lo volvemos a topar en la próxima esquina. Para tratar de romper este círculo vicioso empezaré, desde este artículo, una serie de notas de opinión propositivas, tratando de plantear y no sólo criticar. El primer tema a tratar se centra en el medio ambiente y toca una necesidad urgente que, en el caso de las capitales del país, no existe: protocolos anti contaminación. Estos protocolos incluyen, entre otras medidas, limitaciones a la velocidad de los vehículos en las grandes avenidas, recomendaciones para usar más el transporte público, e incluso las condiciones meteorológicas. Se activan cuando se presentan episodios de contaminación por dióxido de nitrógeno, al superarse en los 200 microgramos por m3 de dióxido de nitrógeno (NO2) durante dos horas consecutivas, cosa que afectaría la calidad del aire. Sin embargo, para nosotros éste no es un problema, porque bien salimos a respirar smog como podemos inhalar tóxicos, y todos bien gracias. Seguro alguien podrá decir, y con justa razón, que primero habría que renovar las unidades de transporte público, y tendrá mucha lógica su observación, porque mientras nosotros sufrimos con los buses oxidados de antaño, en Chile ya están usando buses eléctricos. Alguien más dirá que el problema también son los peatones y acertará igualmente, porque sin culpa cruzamos la calle donde mejor nos pega en gana o somos sucios o irrespetuosos con quienes comparten con nosotros la acera. Sucede que el problema es integral, y culpables somos todos. Solo cumplir con lo esencial implicaría una larga lista de acciones que ni nosotros ni las autoridades cumplen, y que iría desde el uso de la bocina hasta la inspección vehicular. Por eso, cuando se pone como tema de análisis prioritario el medio ambiente, es algo que pareciera tan lejano, tan imposible; pero, si aspiramos a crecer como ciudad, es indispensable empezar a verlo así, y mejor ir dejando la semilla de la idea para que crezca lo antes posible, porque este no es un tema únicamente de las autoridades, es un tema que nos concierne a todos y es necesario que cada uno haga su parte. (La fotografía fue tomada de archivos públicos de Internet y corresponde al protocolo anticontaminación de Madrid - España-)

Comentarios