Y nosotros ¿Cuándo?

Mientras en Bolivia aún luchamos por lograr que el pasajero del micro no tire la basura por la ventanilla o por que el dueño del perro recoja la porquería de su mascota, en otras latitudes se dan avances concretos y reales que son dignos de imitar. La Comunidad Europea aprobó el pasado miércoles la directiva que prohíbe, a partir de 2021, la comercialización de productos de un solo uso. Estos dañinos plásticos y plastoformos, que cada minuto van a parar a los océanos y maltratan la naturaleza, ya no serán admitidos en el espacio común europeo. En la práctica significa que ya no se verán platos, cubiertos, vasos, bombillas, cotonetes, envases de plastoformo, botellas desechables, palitos para globos y otros contaminantes de un solo uso. La decisión, respaldada por una gran mayoría (560 eurodiputados a favor, 35 en contra y 28 abstenciones), supone que si bien la medida afectará a ciertas empresas, también promoverá la innovación y la creación de empleo en nuevas áreas que comercializarán productos alternativos a los prohibidos, los que, obviamente deberán ser amigables con el medioambiente. Los pocos críticos, que en su momento afirmaron que la propuesta no tendría un gran impacto en relación al mercado asiático, liderado por China, que es en los hechos el mayor responsable de los vertidos contaminantes, tuvieron que reconocer que la nueva restricción ejercerá presión sobre todo aquel que desee comercializar con la Unión Europea y sus 500 millones de consumidores, medida que por supuesto incluye a los proveedores asiáticos. Sin embargo la nueva directiva también impone orden en casa, porque requiere de los países miembros de la Unión que hasta el 2029 un mínimo del 25% del plástico de las botellas provenga de material reciclado, e incluye más, porque este porcentaje sube al 30% para el 2030, así como que deben de recoger el 90% de todas las que sean consumidas en la Europa comunitaria. Lo más relevante de todo es que ahora el consumidor muestra más preocupación por aquello que compra, y los productos ecológicamente responsables con el medioambiente son los que tendrán cabida en un futuro, y, lógicamente, los políticos conscientes con el planeta serán los más votados. Nos alegramos por Europa y por el mundo, pero ahora surge la pregunta incómoda: ¿y nosotros cuándo?, ¿cuándo nuestros candidatos empezarán a plantear propuestas concretas y reales a favor del medioambiente?, ¿cuándo actuaremos nosotros, los ciudadanos, de un modo comprometido y empezaremos de una vez a actuar con responsabilidad?, ¿cuándo nos daremos cuenta que el mundo se nos acaba? (Imagen tomada de: https://www.lavanguardia.com/natural/20181024/452535415567/plastico-de-un-solo-uso.html)

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