Lo que haríamos si fuéramos alcaldes

Terminaba mi último artículo invitando a la población a que me envíe sus ideas para poder organizar una nota basada en sus respuestas a la pregunta: ¿qué haría usted si fuera alcalde? Muchos me escribieron, algunos en broma y varios otros muy en serio, unos con mucha experiencia y otros con crecida buena intención, a todos ellos: mil gracias por darme algo de su tiempo. En esta nota, tomando en cuenta los indicadores planteados en mi artículo anterior, incluiré las ideas más relevantes que se presentaron. Comencemos: En entorno social y político salieron muy mal parados los políticos, la única salida fue buscar hombres y mujeres probos, cosa muy difícil. En lo que fue el entorno económico muchos propusieron promover a la empresa privada como fuente de empleo y desarrollo. En el grupo de entorno socio-cultural resaltó que debe respetarse, a toda costa, la libertad de prensa. En las consideraciones médicas y de salud se hizo patente la demanda para una mayor inversión que hoy en día no existe. En el rango de colegios y educación algo parecido sucedió, es urgente contar con calidad y con inversión. En servicios públicos y transportes, hubo una suerte de coincidencia para prohibir la existencia de trufis y taxitrufis (que a decir de varios son los que realmente provocan las famosas trancaderas en las que zozobramos cotidianamente), así como prohibir los vehículos a diésel por un tema ecológico y por supuesto modernizar el transporte público. El punto referido al ocio fue débil, y se nota qué poca atención le prestamos al arte, ya que si bien todos reconocen que nos faltan museos y teatros, nadie los considera una prioridad. Uno de los pocos indicadores donde nadie observó nada, fue el de bienes de consumo, ya que la disponibilidad de alimentos y artículos de uso diario fue algo que muchos resaltaron como un tema en el que no existen inconvenientes. El tema referido a alojamiento tuvo comentarios encontrados entre quienes afirmaban que nos faltan hoteles de calidad y quienes indicaban que teníamos los suficientes y que lo que nos faltaría es primero promover el turismo. El entorno natural recibió halagos y comentarios favorables, que fueron desde la denominación de ciudad de la eterna primavera hasta la mención de su favorable ubicación en el corazón del país. Como podrá usted ver querido lector, hubo de todo. Usted será quien ya sacará sus conclusiones.

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