La seguridad en tiempos de democracia


El Estado, bajo la teoría clásica del derecho, tiene como componentes esenciales a la población, el territorio y el poder; y es precisamente expresión de este último la normativa legal, cuyo cumplimiento reviste el carácter de obligatoriedad, aquello que en leyes llamamos coerción.
En una sociedad que desde siempre tuvo conflictos de interés, no es de extrañar que la obligatoriedad de la ley hubiese requerido del apoyo de algo que se denomina fuerza pública, la que, en lo que constituye el orden interno, se apoya en la Policía Nacional, en tanto que en lo externo, lo hace en el Ejército. La una, más la otra, deben garantizar el orden público y por ende el estado de derecho.
Es tan importante el rol de la Policía y del Ejército, que en la pirámide de las prioridades comparten lugar junto a la salud y los servicios básicos, bajo el rótulo de: seguridad.
Sin seguridad no se puede vivir, y lo sabían ya en la edad antigua tanto como lo saben hoy las naciones del mundo entero, porque quien no tiene seguridad sufre por la criminalidad, por el narcotráfico, por el terrorismo y hasta por conflictos menores.
Por eso es que en tiempos de democracia la presencia de la Policía y, en su caso, del Ejército, da seguridad y no inspira miedo.
Distinto sería, por supuesto, que fuese un dictador el que esté inculcando miedo con la presencia de la bota militar en las calles.
Más relevante resulta esto si tomamos en cuenta que hace dos meses, grupos de masistas quemaron y saquearon unidades policíacas, buses, hoteles y casas de opositores, y hasta amenazaron dañar a toda propiedad posible. Cuando esto pasó, usted, como todo vecino, seguro se sintió aliviado por la salida de Fuerzas Armadas a las calles para resguardar y reprimir a los grupos de criminales que amenazaban cercar las ciudades hasta dejarlas sin alimento.
La labor coordinada de la Policía y el Ejército nos permite hoy afirmar que podemos sentir algo que es muy importante y esencial: seguridad.
Nadie, ni de un frente ni del otro, puede amenazar con afectar el derecho a la paz y a la tranquilidad, por eso es tiempo que se dejen ya de lado las actitudes de confrontación, lo que incluye que deben dejar de ser necesarias las resistencias ciudadanas con sus tomas de plazuelas y que los afines al MAS dejen el mal hábito de ir a las ciudades a hacer asambleas que bien pueden realizar en sus organizaciones sindicales.
En tanto estas condiciones no se cumplan, ver a la Policía y al Ejército cuidar de sus habitantes, bajo principios democráticos y regidos por la Constitución, es algo que no me da miedo, sino que me despierta confianza, y eso es algo que agradezco.


(Imagen tomada de: https://www.google.com/imgres?imgurl=https%3A%2F%2Fi0.pngocean.com%2Ffiles%2F831%2F941%2F289%2Fmilitary-veteran-civilian-resume-army-officer-military-personnel.jpg&imgrefurl=https%3A%2F%2Fwww.pngocean.com%2Fgratis-png-clipart-ldtsd&docid=SuOJO7m1vE3HIM&tbnid=_se7c985mXcC-M%3A&vet=10ahUKEwjPme779JLnAhXQZs0KHW4gCz4QMwhgKAowCg..i&w=728&h=288&bih=891&biw=1280&q=policia%20y%20soldado%20dandose%20la%20mano&ved=0ahUKEwjPme779JLnAhXQZs0KHW4gCz4QMwhgKAowCg&iact=mrc&uact=8)

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