El aire de la tarde se tornaba caliente y espeso, rabos de vapor se tomaban la tarea de destilarse en cada esquina formando una sustancia espesa y transparente que parecía corroer las paredes. La Cochabamba de las tardes de extremo calor provocaba una sensación tan sofocante que la gente podría haber cortado fácilmente un trozo de aire para poder exprimir de él su propio sudor.
La nieta, leyendo un periódico del día afirmó: «mire usted
abuela, lo que hace un año nosotras llamamos una revolución es hoy un golpe de
estado».
Tras pasar un par de páginas, la joven volvió a hablar:
ー¿Se acuerda que un día ellos vinieron en tropa para
destruir todo? ーaseveróー nuestros soldados evitaron que nos
masacren y ahora sucede que ese acto es ahora una matanza.
La abuela, serena, bajó la mirada y respondió:
ーUna vez una gran mujer me dijo que existen tres verdades:
tu verdad, mi verdad y la verdad.
ー¿Cómo es eso? ーcuestionó la nieta.
La abuela, con sus ojos cenicientos cargados de arrugas, le
explicó en pocas palabras una verdad histórica que se arrastra por los años
desde la existencia de la humanidad.
ーTodos los seres humanos ven las cosas a través de un
cristal distinto, para unos algunas cosas serán buenas y para otros serán
malas.
»En política verás que lo que un día fue tu ejército, hoy
puede ser tu enemigo. La verdad se ve afectada por la maldad propia del ser
humano, que hace que lo que realmente sucedió se disipe, se mezcle, se
embadurne de intereses y terminé adquiriendo un color que resulta muy ajeno a
la realidad.
»Lo realmente triste es que los muertos no reviven, que los
que abajo pelean nunca reciben las mieles que digieren los de arriba, que nunca
deberíamos de pelear entre nosotros, que lo sucedido fue una calamidad, con
errores de uno y otro lado, y con el eterno resultado de que los responsables
no recibirán sanción alguna y por el contrario seguirán rondando la mesa del
poder. Lo hacen para que una vez devorado el gobierno, escriban, a su gusto,
las páginas de los textos de historia.
Zoraida Aguirre, aceptando lo que decía su abuela, bajó la
cabeza, cerró el periódico y tristemente concluyó:
ーLa historia la escriben los vencedores.
(Imagen tomada de: https://www.google.com/url?sa=i&url=https%3A%2F%2Fperiodistas-es.com%2Flos-historiadores-los-libros-historia-94768&psig=AOvVaw02abqBHAY7TE3gCkT0lwtJ&ust=1606596993359000&source=images&cd=vfe&ved=0CA0QjhxqFwoTCID117bOo-0CFQAAAAAdAAAAABAW)
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