El vicepresidente, el catedrático y la cuaresma andina


Con un asombro inesperado y desarticulador, el catedrático Justo Camelia escuchó lo que afirmó el vicepresidente, el hombre estaba seguro de haber extraviado el hilo de las palabras de la segunda autoridad del país, pero no. 

ー 40 días antes, hermanos, no carne; 40 días antes, no trago, ni una gota de alcohol, tenemos que limpiarnos; 40 días antes, no sexo, tenemos que prepararnos ーacababa de afirmar el vicepresidente.

La declaración se esparció por los rincones, se escondió en las esquinas y sobresaltó hasta  los distraídos que tomaban café amparados en su soledad. Habían transcurrido varios años desde aquellas afirmaciones en las que el entonces Canciller aseveraba que las rocas tenían sexo. Cuando Sonia Durán, su mejor estudiante, se le acercó para preguntarle sobre las declaraciones que eran motivo de comentario y rumor en los pasillos de la universidad, el experimentado profesor no supo qué responder.

Fue una úlcera sombría la que lo sacó de su sorpresa, una punzada de esas que afectan la respiración lo puso nuevamente en el lugar y hora donde se supone estaba. Era el primer día de junio, un miércoles frío que anticipaba uno de los peores inviernos.

ー ¿Licen? ーle insistió Sonia Durán.

Justo Camelia rememoró entonces aquella ocasión en la que el entonces presidente afirmó que no le gustaba leer, o la ocasión en la que el que fuera vicepresidente afirmó que si su partido político no ganaba el sol iba a desaparecer. 

ー ¿Qué sucede Licen? ーinsistió la muchacha.

Las palabras resonaron huecas, porque Justo Camelia seguía escarbando en sus memorias. Sus recuerdos le trajeron como ventarrones los aires vetustos cargados de las actividades circenses de un gobierno que no terminaba de entenderse.Rememoró así cuando el reloj de plaza Murillo fue puesto al revés y las mil y un veces que las declaraciones de las autoridades incluso motivaron la existencia de un libro de huevadas.

ーLicen, ¿por qué nuestras autoridades afirman este tipo de cosas? ーplanteó nuevamente Sonia Durán.

El docente hizo entonces un último esfuerzo para buscar una respuesta, pero no la encontró, porque se dió cuenta que ni la cuaresma andina ni los ritos religiosos de ninguna religión, eran cuestión práctica para solucionar los problemas de una sociedad arrasada por la necedad. 

ー Perdona ーrespondió finalmenteー es que la ignorancia ha acabado con todo. 

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(Imagen tomada de: https://opusdei.org/es-co/article/por-que-40-dias-de-cuaresma/)

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