El tren, las violaciones y Genoveva Geranio

Cuando se garabateó el tren, habían pasado poco menos de dos semanas desde que con pompa y sonaja se lo presentó en un acto con la presencia de las máximas autoridades, no de esos mandamases regionales que se creen la presencia misma del poder en los rincones alejados de la patria, pero sí de los que no sucumben ante la sana crítica ni la reflexión ética, porque sencillamente no les perturba la inquebrantable intransigencia de la moral.

Nada serían las inversiones públicas requeridas para modernizar un transporte público que desde hace muchísimo tiempo olía a podrido, mínimamente a rancio y normalmente a putrefacto, porque lo realmente difícil era digerir que, dadas las evidencias, uno vivía rodeado de gente de mierda.

Genoveva Geranio con sus ochenta y pico años, supo identificar y medir la situación desde el principio, no tanto porque resultaba obvio que el hecho era un evidente ataque vandálico, sino porque supo poner orden en la discusión que se armó entre sus nietos.

Florencio Rodriguez Geranio, el joven ingeniero civil de la familia, defendía a capa y espada que lo sucedido con el tren era poco menos que un acto terrorista, y con efusividad y alevosía culpaba del hecho a las extremistas de género difuso y de terrorífica estampa. 

En el otro extremo de la mesa, Cándida Soria Geranio, la feminista de la casa, se irritaba con los argumentos de su primo.  

ー  Lo que pasa es que nadie lee el mensaje de fondo ーaseveraba muy molestaー. En este país las violaciones se cuentan por miles ¡y nadie hace nada!

ー Si crees que con vandalizar monumentos, fachadas o medios de transporte lograrás que esas cifras bajen, estás muy equivocada ーacertó a responder el nieto.

Genoveva Geranio, la matriarca de aquella camada de polluelos,solía pasar los almuerzos viendo los resultados de lo que ella misma identificó como un error de cálculo, casi nunca hablaba porque temía desbocarse en una catarata de verdades de las cuales la más simple era afirmar que tener hijos era una mala inversión. Sin embargo, en aquella ocasión, cansada de tanta cháchara inútil decidió zanjar la discusión con un par de frescas que quedaron grabadas en la memoria de los presentes y que fueron comentadas largamente por las generaciones venideras:

ー ¡A callar críos! ーafirmó, y apuntando al nieto con el bastón, dijoー, no minimices un mensaje que es terrible y una realidad que es lacerante, ¡nos están matando, y lo sabes! y tú ーdirigiéndose a la nietaー,  ya deja de justificar el vandalismo, y recuerda que no ganan nada mostrando las tetas en absurdas marchas de morondanga. Lo que este país necesita es disciplina, respeto y paz, y eso solo se consigue con un pueblo educado y con políticos honestos, y eso no lo tendremos jamás.



#relato #literatura #literaturaboliviana #ronniepierola #escribir #writer #literature #cuento #literaturalatinoamericana #tren #trenmetropolitano #tranvia #vandalismo #noviolaras #niunamenos #ronniepierola #lostiempos

(Imagen tomada de: https://www.abi.bo, se agradece la gentileza)

Comentarios