Conmovida por tal visión, curiosa de su significado y preocupada por un sueño que ella consideró premonitorio, Abril Mérida decidió buscar consuelo y respuesta en la única persona que podría ayudarla: la vieja gitana que supo predecir, con detalle y sin dudar, la caída del otrora hombre fuerte del indigenismo.
Cuando Abril Mérida se aproximó a la calle de las Brujas pensó que estaba equivocando el camino, no por ir a consultar al más allá lo que se debería resolver en el más acá, pero sí porque temía incomodar con preguntas imbéciles a las fuerzas de la oscuridad.
La joven mujer, periodista de vocación, ejercicio y profesión, trabajaba desde hace días en estudiar los complejos recovecos de la maltrecha política nacional, pero no se trataba de un estudio cualquiera, porque dadas las coyunturas y las circunstancias, era más una autopsia de un muerto al que sólo faltaba enterrar.
El golpe mortal, preciso e ilegítimo, pero aparentemente legal, lo había dado la bancada oficialista al modificar el orden del día de la sesión del 23 de septiembre para incluir en agenda la trabada elección del defensor del pueblo. Por supuesto el elegido era, nuevamente, un afín al poder, un servidor del oficialismo.
Cuando Abril Mérida entró en el minúsculo cuarto donde yacía la gitana de ojos verdes que podía ver el futuro, se espantó ante las minúsculas cabezas que parecían flotar en las pequeñas botellas que llenaban los estantes, pero se alivió al percibir la mirada de bondad de la mujer.
ー Quieres saber qué significa tu sueñoー indicó certera la pitonisa.
La periodista afirmó con la cabeza. La gitana elevó entonces los brazos y cerró los ojos, pensó en qué conjuro podría amparar su pedido a las entidades más puras de la energía, sopesó la conveniencia de las artes quirománticas y la fuerza veraz de los naipes, pero en un segundo se dio cuenta que estaba errando el camino. No se trataba que las artes de la más antigua magia no funcionaran, pero sí era obvio que para responder esa consulta se precisaba solamente el sentido común.
ー El Defensor elegido es más de lo mismo, un sujeto teñido de azul, un Defensor del poder, un servidor del oficialismo, un postrado ante la injusticia y el agente de la nueva opresión.
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