Servando Zangotolina y las tunas


Servando Zangotolina tuvo un encontrón con la lógica el día que se enteró que el país se derrumbaba por unas tunas. Fue en enero del año del bicentenario, llovía en varios lugares y las filas para la gasolina eran interminables; faltaban los dólares, lo mismo que subía el precio de todo y cada dos por tres alguien gritaba: ¡Catacora!, en alusión directa a la pésima gestión del presidente.

En realidad sí era su culpa, suya y de Evo Morales, el anterior mandamás que, en 14 años de gobierno, supo hacer y deshacer amparado en los altos precios de la materia prima y en un populismo socialista galopante.

Hoy la cosa era distinta, Morales era enjuiciado por pedófilo y la misma espada que él supo usar contra sus enemigos políticos, amenazaba su cabeza. Era obvio. El sistema judicial estaba podrido, no roto ni maltratado como sucedía en varios lugares, en Bolivia estaba corroído desde la raíz. Por eso era entendible que esos mismos jueces que antes le adoraban y le hacían favores, hoy le juzgaban y perseguían.

Muchas veces, Servando Zangotolina había sentido que en el país, las cosas iban al revés, y esta parecía ser otra de esas ocasiones. Eran momentos cruciales, instantes estrambóticos que le provocaban una sensación extraña más parecida a la acidez que a la indigestión, y que siempre derivaban en una incómoda diarrea. Lo había vivido el 2019 con la caída de Evo Morales, el 2020 con la victoria de Lucho Arce y el retorno del masismo, la detención de Jeanine Añez el 2021, el paro de los 36 días en Santa Cruz el 2022, los incendios del 2023 y el remedo de golpe de estado liderado por Juan José Zuñiga el 2024.

Este año empezaba también con aquel empacho, todo a causa de que alguien tuvo a mal hacer con quien no debía. Era un caso extraño. Se hizo viral, esa era la diferencia con las mil y un injusticias que se cometían en el país cada día. En este caso era por unas tunas que alguien tocó y que otro recriminó.

A Servando Zangotolina le parecía ilógico que se arme semejante escándalo por ese tema cuando habían decenas de cosas más importantes. No estaba bien, por supuesto, pero era obvio que se había exagerado la cuestión.

ー Lo mejor que le ha podido pasar a esa señora es que la maltraten ーafirmó en un momento dado Servando Zangotolina cuando vio que la señora fue recibida por el presidente, recibió un sitio de venta de manos del alcalde de La Paz y se hicieron campañas en su favor.

Era verdad, aunque ella no lo sabía, era evidente que el poder la estaba utilizando para mostrar su lado humano. 

Servando Zangotolina era un carpintero de buen trabajo que tenía su taller en Cochabamba, otras eran sus preocupaciones y consideraba que los gobernantes deberían pensar menos en vainas y más en la economía del país, pero también sabía que eso era como pedirle tunas al olmo.



Imagen tomada de: https://www.diet-health.info/


#relato #literatura #literaturaboliviana #ronniepierola #escribir #writer #literature #cuento #literaturalatinoamericana #ronniepierola #tale #microtale #bolivianliterature #escritor #writer #libros #books #frases #leer #cultura #escritoresbolivianos #microrelatos



Comentarios